VEINTIDOS

2.3K 228 105
                                    

Maratón 5/5

REBECCA

Todo estaba saliendo según lo planeado. Tenía cada detalle en mente, cada paso cuidadosamente calculado para exponer a Jade de una vez por todas. No podía permitir que siguiera siendo una sombra en mi relación con Ian. Ella lo seguía intentando, eso era obvio, y yo estaba harta de su presencia.

Creo que fue un error haberla buscado para que organizara mi boda, pero solo era un recordatorio hacia ella que yo había ganado, después de todo Ian nunca la quizo y prefiero mi amor.

—¿Todo listo? —pregunté, mirando a Karina, una de mis contactos en la prensa local.

—Los periodistas ya están informados. Dicen que estarán allí justo a la hora que pediste —me aseguró Karina, sonriendo con complicidad.

Perfecto. Una sonrisa se deslizó por mi rostro. Esto sería rápido y eficaz.

—Quiero que se enfoquen en su imagen de 'organizadora'. ¿Entendido? Que digan que toda su fachada de organizadora de bodas es solo un show para atraer a Ian de nuevo. —Mi voz era firme, casi fría. Estaba decidida a exponerla como lo que realmente era: una provocadora.

Se que es una de las mejores en su trabajo, me cuesta reconocerlo, ¿pero a quien le creerán más?

¿Ah una mujer que se marchó o la prometida del CEO?

—Lo tengo claro —respondió Karina, ajustándose el bolso—. No te preocupes, Rebecca. Los titulares estarán listos antes de que Jade siquiera se dé cuenta de lo que está pasando.

—Gracias. Solo asegúrate de que las preguntas sean directas y que la pongan en evidencia. Quiero verla sin salida.

Karina asintió y se fue a hacer sus preparativos, dejando que me deleitara con la anticipación.

Era hora de hacerle entender a Jade su lugar. Durante demasiado tiempo, había jugado a ser la víctima, fingiendo ser la mujer profesional y segura de sí misma. Pero yo sabía lo que realmente quería: a Ian.

Horas después, todo estaba en marcha. Me aseguré de estar presente en el lugar de trabajo de Jade, aparentando que mi visita era completamente inocente. Al entrar, vi cómo ella mantenía una conversación con una de sus asistentes.

Con su cabello castaño perfecto y esa imagen de mujer exitosa, siempre tratando de ser el centro de atención.

—Jade, qué sorpresa encontrarte aquí —dije, fingiendo amabilidad mientras caminaba hacia ella. Su mirada se endureció al verme, pero trató de mantener la compostura.

—Rebecca, no esperaba verte por aquí. —Su tono era neutral, aunque claramente incómodo.

—Oh, solo pasaba a revisar algunos detalles para mi boda, ya sabes, nada importante. —Sonreí de manera afilada—. Aunque he escuchado algunos rumores interesantes últimamente.

Ella arqueó una ceja, fingiendo desinterés.

—¿Rumores? No estoy al tanto.

—¿No? Bueno, parece que algunos piensan que tu trabajo como organizadora de bodas es... cómo decirlo... una especie de fachada para algo más personal. —Mi voz era dulce, pero la insinuación no podía ser más obvia.

Jade me miró con una mezcla de sorpresa y desagrado. Sabía que la había tocado en su punto débil.

—No sé a qué te refieres, Rebecca. Mi trabajo habla por sí solo. —Su respuesta fue firme, pero pude ver la ligera tensión en sus ojos.

Antes de que pudiera replicar, los periodistas comenzaron a llegar. Justo a tiempo. Las cámaras parpadearon y los micrófonos se alzaron.

¡Jade! ¿Es cierto que estás usando esta empresa para tratar de reconquistar a Ian?gritó uno de los reporteros, acercándose apresuradamente.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora