VEINTITRES

762 127 17
                                    

JADE

3 años atrás

-Me duele tanto la cabeza-murmuro con dolor mientras camino.

Y es que en realidad nunca había imaginado que mudarme a otro país fuera tan agotador. Las calles de Italia tienen un encanto único, pero todo se siente extraño, lejano. A veces me pregunto si realmente hice lo correcto al dejar Alemania atrás. Aquí, al menos, nadie me conoce, y tengo la libertad que tanto anhelaba.

Llevo semanas instalándome, buscando trabajo, tratando de empezar de nuevo. Me levanto cada mañana sintiendo que cada paso es un pequeño triunfo. Sin embargo, últimamente algo no ha estado bien. Me siento más cansada de lo normal, y aunque he estado comiendo bastante, la comida ya no me sabe igual.

Me reúno con Lau en una pequeña cafetería en el centro. Ella me recibe con una sonrisa radiante, como siempre, pero yo apenas puedo concentrarme.

—¿Estás bien, Jade? —me pregunta, inclinándose hacia mí con una mirada preocupada.

—Sí, solo... No lo sé. Llevo semanas sintiéndome rara. Cansada, con algo de náuseas... pero tal vez es el estrés —le respondo, tratando de sonar convincente.

Lau frunce el ceño.

—¿Y te ha llegado la menstruación? —su pregunta me toma por sorpresa.

Me quedo en silencio por un momento, haciendo cálculos mentales. La verdad es que no me había dado cuenta hasta ahora.

—No, pero tampoco es que sea muy regular —murmuro, restándole importancia.

Lau arquea una ceja, claramente no convencida.

—Jade... ¿has considerado que podrías estar embarazada?

Me río. Una risa nerviosa que casi suena forzada.

—No, claro que no. No es posible. Debe ser solo el estrés, el cambio, todo esto de Italia. Apenas estoy empezando de nuevo.

—Aún así, deberías hacerte una prueba. Solo para estar segura.

Siento una oleada de incredulidad. ¿Embarazada? La idea me parece absurda. Pero mientras Lau sigue hablándome de lo fácil que es hacerse una prueba de farmacia, una pequeña semilla de duda comienza a germinar dentro de mí.

—No tiene sentido, Lau —insisto, tratando de convencerla, pero sobre todo, convencerme a mí misma—. No he tenido ningún síntoma, solo el cansancio. Y eso podría ser cualquier cosa.

Lau me mira fijamente, con esa expresión que me dice que no va a dejarlo pasar.

—El cansancio es un síntoma, Jade. Además, has estado más distraída de lo normal. Tal vez es hora de que lo consideres, aunque sea solo para descartarlo.

A regañadientes, acepto ir a la farmacia con ella. La pequeña caja que sostiene en sus manos parece una broma cruel. No quiero pensar que es posible, pero al mismo tiempo, algo dentro de mí ya lo sabe, aunque me niego a admitirlo.

—No voy a hacerlo aquí —le digo firmemente cuando llegamos a mi departamento—. Necesito tiempo.

Lau asiente, pero no me quita los ojos de encima. Me deja sola, prometiéndome que estará disponible si necesito hablar. Después de que se va, miro la prueba durante varios minutos, luchando con mis propios pensamientos.

"Solo para estar segura", me repito una y otra vez. Porque si me atrevo a pensar que estoy embarazada, entonces tendría que enfrentar todo lo que dejé atrás, todo lo que huí para no volver a enfrentar.

Respiro hondo y, finalmente, me atrevo a tomarla.

El baño es pequeño, y el silencio lo llena todo mientras espero el resultado de la prueba. Mis manos están frías, temblando ligeramente, aunque intento controlarme. No debería estar tan nerviosa. Seguramente saldrá negativo y podré seguir con mi vida, ¿verdad?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 15 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora