DIECINUEVE

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Maratón 2/5

JADE

El estacionamiento está más frío de lo que recordaba, pero tal vez es solo la tensión en el aire.

Ian sigue ahí, mirándome, esperando una respuesta que no sé cómo darle.

Todavía no puedo creer que esté aquí, apareciendo de repente en el peor momento posible. No sé qué está esperando de mí, pero definitivamente no estoy preparada para esto.

—Jade —dice, con esa mezcla de confusión y algo más que no logro descifrar—, ¿quién era la bebe? La que estaba con tu amiga.

Mi corazón se detiene por un segundo, pero lo disimulo. No puedo, no quiero tener esta conversación con él.

No ahora, no aquí. Todo lo que quería era alejarme de todo esto, proteger a Kaia, y ahora él... no puede ser real.

Perdóname mi pequeña, pero tengo que hacerlo, espero que algún día me perdones por esto... por lo que diré.

—Es la hija de Lau —miento, tratando de sonar lo más casual posible—. Ella se la lleva de vacaciones con su padre. Ya te dije, no hay nada más que hablar.

Perdóname cariño

Perdona a mamá, pero tengo que hacer esto por ambas.

Veo cómo frunce el ceño, no convencido. Ian siempre fue buen observador, y parece que no ha perdido esa habilidad. Mierda.

Es frustrante, después de todo, tuve el tiempo suficiente para conocerlo bien.

—¿De verdad? —pregunta, dándome esa mirada que siempre me sacaba de quicio, la que usa cuando sabe que estoy ocultando algo—. Porque me pareció que estabas bastante emocional al despedirte de ella. Y esa niña... parecía tener algo más que ver contigo.

—Es solo la hija de mi amiga, Ian. —Intento cortar la conversación, pero él da un paso más cerca.

—¿Y por qué Lau no me lo mencionó cuando la vi antes? —insiste, su tono más inquisitivo ahora.

-No lo se Ian, deja el drama-suspiro-, no te debo explicaciones de mi vida ni la de Lau.

-¿Sabes lo que hizo en el tiempo de desapareciste?-me mira con una sonrisa

-No voy a escuchar tu mierda-trato de huir

-¿Oh lo que no quieres es escuchar lo que hacia tu mejor amiga?-cuestiona con burla.

Mi mente se acelera, buscando una salida, cualquier cosa que me permita escapar de esta conversación.

Siento el vibrar de mi teléfono en el bolsillo, como una bendición inesperada.

Lo saco rápidamente, sin mirar a Ian, y veo que es Elijah.

Perfecto.

Él siempre parece aparecer en los momentos oportunos.

—Tengo que contestar —digo mientras rechazo la llamada, tratando de alejarme un poco más de Ian.

—¿Quién es ahora, Jade? —pregunta, con una mezcla de frustración y curiosidad.

—Trabajo —respondo sin más detalles, pero él no se da por vencido.

—Es sobre la niña, ¿verdad? —Su voz suena más insistente, más intensa—. Si esa niña es tuya, Jade, tienes que decírmelo. No puedes seguir ocultándome esto...

—No es mi hija, Ian —repito, esta vez con un tono más firme, aunque siento que la mentira me pesa cada vez más.

Duele negar a mi hija y duele más ocultarla cuando debería estar presumiendo a mi pequeña.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora