Apuros en el Colegio

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Narrador Tails
Entré al salón de Historia, donde la clase comenzaría. La clase comenzó con normalidad, pero seguía sin sentirme bien, me sentía acabado, derrotado que nada tenía sentido ya.

Intenté sacarme de la cabeza el examen de Física que habría en las siguientes dos horas, pero no lo logré. Por más que lo intentara, no podía hacerlo.

Realmente no le puse atención a esta clase, mi atención solo se centraba en cómo me daba una gran ansiedad en pensar en cómo me iba a ir en el examen. Lo mismo pasó en la clase de Inglés, la misma manera de la que me sentía en Historia, pero peor ya que estaba más cerca de la hora de mi «muerte».

Cuando llegó la hora de la clase de Física, fui al salón junto a todos mis compañeros. Triste, me senté en mi lugar que era la primera silla de la segunda fila.

Sabía que esto no iba a terminar bien, solo enfrenté mi destino por ese último tema que no saben cuánto odio en tan solo pensar en él.

Cuando llegué lo primero que dijo el Profe Gerónimo es que dejáramos nuestras guías en su escritorio y eso fue lo que hice.

El Profe Gerónimo solo entregó los exámenes, yo ya tenía afuera mi lápiz, mi borrador, mi calculadora y mi pluma afuera. Cuando terminó de entregarlo, comencé a leerlo. Los primeros ejercicios eran sobre el tema de conversiones, realmente no tenía alguna queja sobre ese tema, ese tema no era tan difícil. Comencé a resolverlos de manera tranquila, no iba a llegar a nada si estos también los resolvía con la ansiedad que traigo.

Los empecé a realizar con la mayor cautela, así seguí hasta que los terminé y luego me pasé a la siguiente sección. Aquí era donde lo feo se venía, comenzó con un ejercicio básico, de esos que ya podía responder sin problema. Comencé a resolverlo, no había alguna queja de esa sección.

Luego de eso, me dirigí a la sección de mi peor enemigo. Me intenté tranquilizar, sabía que si no lo hacía no iba a llegar a nada. Lo empecé a leer con la mejor tranquilidad que pude, intenté anotar los datos más importantes y así, quizá, tener una mejor idea de cómo resolverlo.

No... no podía resolverlo. Me di unos golpecitos en la cabeza, para así intentar responderlo. Volví a visualizar el ejercicio, pero seguía sin tener la menor idea de que tenía que hacer, me quedé observándolo unos segundos, hasta que al final dije que ya valía todo. Así que lo hice como creí que era, pero estaba muy seguro de que así no era como se resolvía.

Después de resolverlo, revisé todo lo que había escrito de los ejercicios anteriores, al menos debía tener lo demás resuelto de manera correcta. Pensé que por un milagro el ejercicio que realmente no entendí estaría bien, pero eso debe de ser muy bueno para ser verdad. La vida no funciona así, ¿o sí? Para que algo así pasé debería ser el protagonista de una obra en la que él personaje nunca sufre para nada, aunque desearía que fuera uno de ellos.

Luego el Profe Gerónimo pidió que le entregáramos los exámenes y eso fue lo que hice. Lo entregué deseando lo mejor para mí, pero sabía que eso no iba a pasar.

Luego de eso comenzó el segundo recreo, por lo que pasé el tiempo con Sonic, espero que eso mejore un poco el cómo me siento ahora.

—Hola Sonic —saludé.

—Hola Tails.

—Ahora si ya podemos hablar bien.

—Sí, ¿por qué te quedaste con Miss Serena en el otro recreo?

—Pues solo no entendía un tema eso es todo. —No quería decirle a Sonic que seguía sin entenderle, así que solo dije que no entendía algo.

—¿Qué tema era?

—El último que vimos...

—Ah ese.

—¿Tú si le entendiste?

—Sí, lo entendí muy bien.

—¿Cómo? ¿Qué no habías faltado el día que lo habían enseñado? —pregunté, siento recordar que Sonic no había ido a la escuela porque seguía enfermo.

—Sí falté el día que lo enseñaron, pero tengo la ventaja que en vacaciones fui al curso de matemáticas que hace el Profe Gerónimo.

—¿Curso de Matemáticas? —Sentí que ya había escuchado de él, pero necesitaba asegurar de su existencia.

—En vacaciones de verano el Profe Gerónimo hace un curso para enseñar las cosas que vamos a hacer el próximo año y también incluyó física. Ya sabes, como él también lo enseña, es más fácil incluir los temas que vendrán.

—Ah ya veo, eso explica porque no tuviste ningún problema.

—Sí, ¿no te acuerdas que te mandé una foto de mi libreta en vacaciones diciendo que muchas matemáticas?

—Ah —me paré y empecé a reflexionar lo que me acababa de decir, intentando recordad aquel ese mensaje. Cuando me acordé, se iluminaron mis ojos y le respondí lo siguiente—: ¡Ah sí! Me acuerdo de que te había respondido algo tipo que aburrido.

—Sí.

—¿Entonces no sentiste difícil el examen?

—No tanto...

—Ah que bueno.

Tenía sentido que a Sonic no le costara mucho trabajo si había ido a aquel curso. Pero tampoco estaba seguro si su estándar de difícil es un poco distinto al mío, puede que eso sea posible, pero a Sonic no le costó mucho trabajo.

Luego de eso los dos nos dirigimos al taller, estas ya eran las últimas clases que tendríamos en el salón y ya nos tocaría después en otro lugar para hacer las actividades que dice tanto que Sonic le encantan, no negaré que tengo la sospecha de que a mí no me gustarán.

Cuando comenzó el taller seguía pensando en aquel examen de física, seguía pensando cuál sería mi resultado final en este examen. Tenía la sospecha de que no me iba a ir bien, jamás en mi vida había sacado algo menor a un ocho. Siempre saco algo entre ocho y diez. Tampoco es que quiere presumir eso, pero una cantidad baja de ocho para mí es como si ya estuviera reprobando, sé que mi lógica es un poco exagerada para los demás, pero me he acostumbrado tanto que ya se me hace algo normal.

Solo esperaba a que todo saliera bien, a pesar de que estaba casi seguro de que no iba a ser así...