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Narrador Tails
Como había quedado con Vanilla el miércoles de la semana pasada, iremos los dos a la escuela para comprar los libros para este nuevo año de clases.

Por lo que me estaba preparando para salir en la mañana con ella. Cream se iba a quedar en la casa mientras íbamos a la escuela. Cuando terminé de estar, bajé con Vanilla y estaba limpiando la casa, parecía que ya iba a terminar por lo que decidí interrumpirla en lo que estaba haciendo.

—Ya estoy listo.

—¡Oh! —Volteó a verme y por lo que vi, se veía un poco sorprendida por mi aparición—. Qué bueno, espérame un tantito y nos vamos.

—Está bien —contesté y me fui a la sala en donde estaban los sillones. Luego saqué mi móvil en lo que Vanilla terminaba de hacer lo que estaba haciendo. Después de un tiempo, llegó a donde estaba y me habló.

—¡Listo! Es hora de irnos.

Vanilla provocó que dejara mi móvil y me paré del sillón, para luego dejarlo en el escritorio donde estaba la computadora. Vanilla traía las llaves de la casa y de su auto por lo que ya estaba preparada para irnos. Antes de irnos, Vanilla se quiso despedir de Cream, por lo que le habló desde donde estábamos.

—¡Ya me voy Cream! —gritó Vanilla.

—¡Está bien! —respondió desde el piso de arriba, igual, gritando.

—¡No le abras a nadie!

—¡No lo haré!

—¡Adiós!

—¡Adiós!

—Bien Tails, ya nos vamos. —Ahora se dirigió a mí.

Y nos fuimos, nos subimos al auto y ahí estábamos en camino a la escuela para comprar los libros para este nuevo año. Como la escuela estaba muy cerca de nuestra casa, no tardamos mucho en llegar.

Una vez que llegamos, nos abrieron la puerta y ahí estábamos, parece que nada cambió en los casi dos meses que estuve de vacaciones, sé que no cambiaría mucho en esa cantidad de tiempo, pero a veces cambios a partes específicas mientras este casi desalojado el lugar. Caminamos los dos hasta que vimos una hoja pegada en la ventana de un salón, si recuerdo bien, era en el salón donde estaba 1°A.

Vanilla fue a la ventana que estaba abierta, pues ahí es donde nos atenderán. Ella saludó a la persona detrás de esa ventana, luego le pidió los libros que ocupaba, una vez que lo hizo, le dieron una caja con cada uno de los libros y libretas que iba a utilizar en este nuevo ciclo. Cuando terminó de darle todo, Vanilla me dijo que los llevara a la banca que estaba del otro lado, pues iba a checar si nos habían dado todo lo necesario, pues le dieron una lista con todas las libretas y libros que uno debería de tener.

Sacaba cada libreta y libro que aparecía y Vanilla checaba si estaba en la lista, así estuvimos por un tiempo, hasta que terminamos de contar todo, por lo que ya habíamos terminado esto.

—Por cierto, Tails, este año también quieres casillero, ¿no?

—¡Oh sí claro! Viendo todo lo que está ahí parece que va a ser un año pesado...

—Bien vayamos a encargarte uno. —Vanilla y yo fuimos con la administradora, al llegar, ella nos atendió con una gran sonrisa.

—Hola —saludó la administradora.

—Hola.

—Buenas días, Paola —Vanilla saludó con el nombre de la administradora, no sé el porqué pero jamás había mencionado su nombre. Bueno, realmente ella se llama Paola Cisnes, ella es la encargada de organizar distintas cosas, vaya, podemos decir que es muy indispensable para la directora pues la ahorra en hacer este tipo de cosas. ¿Por qué Vanilla se sabe su nombre? Bueno, en los correos en donde se entregan las boletas de calificaciones, aparece quien los mandó y el nombre que aparecía era Paola Cisnes, y ese nombre es de la mismísima administradora, es por ello que Vanilla sabe muy bien el nombre de la administradora.

—¿Se les ofrece algo? —preguntó en ese instante pude ver como Vanilla se quedó observándome esperando a que contestara algo.

—¡Oh sí! Vinimos por lo de los casilleros —respondí.

—En ese caso, de los casilleros que están cerca de la entrada del salón escoge uno de ellos, cuando sepas cual escoger, dime y te digo si está disponible o no.

Salí de la oficina de donde estaba la administradora o Paola Cisnes y fui a donde estaban los casilleros, observé cuales números tenían y eran del uno al cuarenta. Tenía mucho de donde escoger, pensé que tal si escojo el número doce, me suele gustar escoger el número de mi edad, pero... esta vez, el número trece no me gusta mucho por todas las implicaciones de mala suerte que llega a tener, por lo que me conformo con el doce. Pero viéndolo bien, el once se encuentra en una mejor ubicación... creo que será el once.

Me fui de los casilleros y regresé a la oficina, ahí fue donde me encontré a Paola Cisnes, me paré enfrente de ella y lanzó la pregunta, le respondí que elegía el once. Al decirlo, lo anotó en una libreta e hizo el cobro a Vanilla, Vanilla pagó la cantidad que la había pedido, Paola le dio un recibo a Vanilla. Después de ello, nos despedimos y salimos de la oficina.

Luego de aquello, tomamos los libros y nos fuimos de la escuela, ahora íbamos a nuestra casa a dejar todos los libros que habíamos comprado, Cream debe estar esperándonos en la casa y ahora que lo recuerdo, Vanilla regresará a la escuela otra vez en esta semana, pues quedan pendiente de comprar los libros de Cream, hasta donde sé, no son muchos a comparación de los que me compraron el día de hoy. Cada día estaba más y más cerca de regresar a la escuela, me sigo haciendo muchas preguntas de cómo será mi año y con quiénes me encontraría, no estoy muy convencido, pero, sería muy curioso si Blaze estaría en mi salón, me pregunto cómo sería nuestro día con ella incluida.

Apuros en el ColegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora