Sentencia Al Corazón

21.El precio del amor

(Escuchen la canción)

Altagracia

La observo con intriga, su expresión no dice nada.

—¿No dirás nada?

—Es tu vida, es tu decisión— da de hombros

—Cuanto entusiasmo— irónica

—A ver, ¿por qué llegaste bajoneada ayer si la noticia te hizo tan feliz?

—Habla claro Mónica

—Realmente ya lo veía venir así que no me tomó por sorpresa, pero siento algo raro en todo esto, contesta mi pregunta porque si Navarrete te hizo algo ahora mismo voy y..

—Te calmas, se me hace que se la montaste, él no me ha hecho nada

—¿Entonces?, ¿qué te dijo?, ¿no le haz dicho nada?

—¿Qué tengo que decirle Mónica?, no mezcles las cosas

—¿Entonces no es el padre del bebé?— me mira sorprendida— ¿estuviste con otro hombre?

Yo por el contrario, no quiero más. Lucho es y será siempre mi único hijo.

—Mónica no lo entenderías, confórmate con saber que su padre no hará parte de su vida porque así lo decidimos ambos

—Tienes razón, no entiendo nada— suspiro— y no me dirás nada ¿verdad?

Niego tratando de retener mis lágrimas, por supuesto que no le diré la estupidez que cometí. Cuando le propuse lo del contrato a Navarrete estaba segura de lo que hacía, yo solo pensaba en tener a mi hijo como fuera y no quería que nadie se entrometiera o me invadiera como lo hizo Saúl.

Sabía que además de que él no quería hijos, tiene buenos genes y me obsesione más con la idea.

Ahora de qué te quejas si ya obtuviste lo que querías.

Y definitivamente estoy feliz de haber logrado mi cometido, pero no esperaba que simplemente... le diera igual. Aunque no lo culpo, ambos fuimos sinceros desde el principio y agradezco que lo siga siendo.

Lo que debo hacer es concentrarme en mis hijos y la constructora, sé que lo que sea que estoy sintiendo se me pasará rápido si me concentro en lo importante.

Salimos de la casa rumbo a la universidad, en todo el camino no hicieron falta los sermones y preguntas, ya estoy acostumbrada, en una semana se le pasa. A veces se le olvida que la madre soy yo y no ella.

—Se te hará tarde

—Hasta que..

—Ya Mónica Sandoval— la callo— suficiente, no se habla más del tema— beso su mejilla— adiós

—Bye, nos vemos Matamoros

Él le sonríe y luego de verla entrar arranca hacia la empresa. No ha dejado de mirarme de reojo.

—Ya Matamoros, habla

—Mejor no

—Sí, se que dijiste que no era buena idea ya ni modo, me conozco, en unos días se me pasará— pienso— seguro es cosa del embarazo, ya sabes, las hormonas

—Mjunm

—Di lo que tengas que decir una vez

—Doña, ¿cuando he cuestionado sus decisiones?

—Nunca, por eso confío en ti y necesito que me digas algo, a otra persona no escucharé realmente

—Disfrute el momento— da de hombros— y aléjese de Navarrete, de él y su familia, por el bien de la suya