Lo dejé allí de pie sintiendo un estremecimiento de la cabeza a los pies. Creo que ningún omega me afectaba tanto como lo hacía Kim Seungmin y eso me agradaba a la vez que me irritaba.Siempre me había gustado tener el control sobre todo lo que me rodeaba, especialmente con los omegas.
Siempre supe cómo reaccionarían ante mí y siempre había sabido lo que deseaban de alguien como yo, pero Seungmin era diferente.
Solo había que mirarlo para darse cuenta de que era lo opuesto a la gente con la que había crecido o de la que me había rodeado.
Todavía no podía entender cómo, teniendo la oportunidad de gastar el dinero de mi padre, podía seguir insistiendo en vestir con ropa simple o conducir un coche horripilante a la vez que peligroso o que quisiese buscar un trabajo.
Eran preguntas que no dejaba de hacerme cada vez que lo tenía delante pero, sobre todo y lo que más me afectaba, era la atracción física que sentía por el.
Cada vez que lo tenía delante deseaba besarlo y acariciarlo y desde que lo había hecho estando borracho y sin saber muy bien dónde me estaba metiendo no dejaba de pensar en volver a repetirlo.Aquella noche estaba allí justamente por ese motivo.
Antes de que Félix y Hyunjin apareciesen había estado a punto de besarlo y quedarme con el toda la noche.
Me habría importado una mierda pasar de la pelea si haciéndolo iba a poder estar besando aquellos suaves labios.
Incluso era divertido ver cómo el reaccionaba al contacto con mi piel.
Aquella primera noche casi pierdo el control al escuchar los débiles y melodiosos jadeos que salían de entre sus labios mientras lo besaba.
Y allí estábamos otra vez, y ni siquiera sabía por qué demonios lo había invitado a que viniera a verme mientras me daba de puños con uno de los alfas más imbéciles que había conocido.
Tampoco podía dejar de pensar en su cara de horror cuando por fin comprendió lo que estábamos a punto de hacer.
La verdad es que, en cierta forma, era divertido verlo allí. No encajaba en absoluto.
Me alejé de el y me metí en el edificio abandonado que siempre utilizábamos para cosas como esas. Las peleas habían formado parte de mi vida desde prácticamente el momento que conocí a Hyunjin. El era increíblemente bueno y yo había aprendido de él casi todo lo que sabía.
Puede que la rabia con la que yo luchaba fuera más intensa que la de él y por ese motivo casi nadie podía conmigo.Incluso me resultaba fácil acabar con mis contrincantes.
Cuando estaba peleando todos mis sentidos se centraban en ganar aquellas peleas, no importaba nada más y me ayudaba a desfogarme, a resarcirme de todas las cosas que me guardaba en mi interior.
Aquel día lo necesitaba especialmente:
la última visita a mi hermana me había dejado hecho una mierda y más aún después de enterarme de que iba a tener que pasarse toda esta semana sola porque sus padres se largaban unos días de vacaciones a Singapur.No podía entender cómo unos padres podían dejar a sus hijos desatendidos de aquella manera y ver cómo mi madre, la mujer que me había abandonado sin ningún tipo de remordimiento real, volvía a hacerle lo mismo a una niña pequeña...
Todo aquello simplemente me sacaba de mis casillas.
Aquel ambiente podía volverse muy intenso si no se tenía cuidado y por ese motivo yo simplemente me dedicaba a entrar, ganar la contienda, llevarme el dinero y desaparecer.
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ChanMin |Culpa mía|
Hayran KurguSeungmin es un omega que tiene que mudarse a Australia, donde vivirá con el reciente esposo de su madre, la cual se casó sin decirle nada. Allá conocerá a más personas y amigos, y por último y no menos importante, conocerá a su hermanastro; Christop...