Habían pasado más de un año desde que Aespa decidió tomarse el descanso. Para Karina, la vida había cambiado de una forma que jamás había imaginado. Ser actriz le venía bien, con las cámaras enfocándola, los aplausos constantes y el reconocimiento que tanto había anhelado. Pero a pesar de todo, una sensación de vacío seguía creciendo en su pecho.
Esa tarde, en su departamento, las luces de la ciudad de Seúl entraban tenues a través de las ventanas, pintando el lugar con sombras largas. Karina revisaba su guion para la próxima escena cuando escuchó la puerta abrirse.
—Cariño, ya llegué —dijo Jaewook desde la entrada.
Karina levantó la vista, esbozando una sonrisa automática. Él entró, dejando su abrigo en la silla más cercana. Jaewook siempre había sido atento, pero había algo en su forma de ser que nunca terminaba de calar en ella.
—Hola —respondió Karina, intentando sonar más animada de lo que realmente se sentía.— ¿Cómo te fue hoy?
—Bien, todo bien en la oficina —contestó él, acercándose para besarla en la frente.— ¿Y tú? ¿Cómo va el guion?
—Más o menos. Es un papel complicado.
Jaewook la observó por un momento antes de tomar asiento frente a ella, apoyando los codos sobre la mesa.
—Kari... ¿has pensado en lo que hablamos la semana pasada?
Karina sintió cómo su pecho se tensaba. Sabía que la pregunta iba a llegar tarde o temprano, pero no estaba lista. El matrimonio. Jaewook le había propuesto matrimonio hacía ya seis meses, y aunque ella había dicho que sí en ese momento, cada día que pasaba, las dudas la acosaban.
—Lo he pensado —dijo lentamente, sin levantar la vista de las páginas del guion. —Solo que... no estoy segura.
—¿No estás segura? —Jaewook frunció el ceño. —¿De qué no estás segura? Dijiste que sí.
—Lo sé, pero... —Jimin finalmente lo miró a los ojos, intentando encontrar las palabras adecuadas. —No sé si estoy lista para dar ese paso. Todo ha pasado tan rápido, Jaewook.
—Llevamos un año juntos, Jimin. ¿Qué tan rápido puede ser?
—No es sobre el tiempo, es más sobre... —suspiró, sintiendo que cada palabra la pesaba más. —No sé si estoy haciendo esto por las razones correctas.
Jaewook la observó en silencio durante unos segundos antes de responder.
—¿Es por tus padres? Sé que no me ven con buenos ojos, pero con el tiempo lo harán. Tienen que entender que soy bueno para ti.
—No son solo mis padres... —dijo Karina, aunque sabía que eso era parte del problema. Recordaba la cena incómoda cuando lo presentó, y cómo sus padres habían sido educados pero distantes. Y por Minjeong..., pensó, aunque no se atrevió a decirlo en voz alta.
—¿Entonces qué es? —preguntó Jaewook, cruzando los brazos. —¿Hay algo más?
Karina dudó. Minjeong había sido su roca durante tantos años, incluso después de todo lo que pasó entre ellas. Era difícil ignorar el hecho de que, a pesar de no estar juntas, Minjeong seguía siendo una figura constante en su mente y en su corazón. Sin embargo, no quería ser injusta con Jaewook. Él no tenía la culpa de lo que ella aún sentía por Minjeong.
—Es complicado, Jaewook. Estoy enfocada en mi carrera ahora, las cosas se han movido tan rápido y... no sé si estoy lista para algo tan serio como el matrimonio.
Jaewook se levantó de la silla y caminó hacia la ventana, mirando la ciudad bajo sus pies.
—Siempre es complicado contigo, ¿verdad? —dijo, su voz tensa. —Parece que hay algo que no me quieres decir.
—No es eso... solo, por favor, dame tiempo para aclarar mis sentimientos.
—¿Tiempo? —Jaewook se giró hacia ella, su frustración evidente. —¿Cuánto tiempo más, Karina? No quiero estar esperando indefinidamente mientras tú decides si soy lo suficientemente bueno o no.
La verdad era que, en el fondo, Karina sabía que Jaewook no era el problema. Pero tampoco era la solución. No como lo había sido Minjeong.
—Lo siento —fue todo lo que pudo decir.
Esa noche, Jimin fue a la casa de sus padres. No había tenido la intención de ir, pero después de la conversación con Jaewook, se encontró conduciendo sin rumbo hasta que llegó allí. Cuando su madre le abrió la puerta, le sonrió cálidamente.
—Hija, qué sorpresa. Pasa, justo estábamos a punto de cenar.
Jimin entró, y su padre ya estaba sentado a la mesa, hojeando el periódico. Levantó la vista cuando la vio.
—Jimin, qué bueno verte. Siéntate, vamos a comer.
Durante la cena, el silencio entre los tres se sintió pesado. Sabía que sus padres querían hablar de Jaewook, pero también sabía lo que pensaban de él. Al final, fue su madre quien rompió el silencio.
—¿Cómo va todo con Jaewook? —preguntó, tratando de sonar casual.
Karina dudó antes de responder.
—Me pidió matrimonio.
Ambos padres se detuvieron, y su padre fue el primero en hablar.
—¿Y qué le dijiste?
—Le dije que sí... pero no estoy segura.
Su madre dejó su tenedor en el plato, mirándola con preocupación.
—Karina, si no estás segura, no deberías seguir adelante. Sabes que no es que tengamos algo personal en contra de Jaewook, pero no parece el indicado para ti.
—¿Y quién sería el indicado, mamá? —preguntó Karina, su tono un poco más ácido de lo que pretendía.
Su madre la miró fijamente, sabiendo exactamente lo que Jimin estaba preguntando. Después de todo, ellos siempre habían querido a Minjeong. Habían visto lo que ella y Karina tenían, algo más profundo de lo que Jaewook podría ofrecerle.
—Ya lo sabes, Karina —respondió su madre, sin titubeos. —Sabes lo que sentimos. Pero la decisión es tuya.
El peso de sus palabras cayó sobre Karina como una losa. Minjeong. Aún estaba presente en su vida, incluso en las ausencias, en las cosas no dichas.
Cuando llegó a su departamento esa noche, Karina se dejó caer en el sillón, sintiéndose más perdida que nunca. Tomó su teléfono y miró la lista de contactos. Su dedo titubeó sobre el nombre de Minjeong antes de suspirar y apagar la pantalla.
—¿Qué estoy haciendo? —se susurró a sí misma, mientras la realidad de su situación la asfixiaba lentamente.
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𝘙𝘪𝘨𝘩𝘵 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯, 𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘵𝘪𝘮𝘦 2 - 𝘖𝘶𝘳 𝘛𝘪𝘮𝘦
Fanfiction𝘋𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴, 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 𝘺 𝘔𝘪𝘯𝘫𝘦𝘰𝘯𝘨 𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘥𝘰 𝘢𝘥𝘦𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘴𝘶𝘴 𝘷𝘪𝘥𝘢𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘵𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴. 𝘒...