La tarde en Corea transcurría en calma, y Minjeong y Jimin disfrutaban cada segundo juntas, aprovechando cada oportunidad para reconectar después de todo el tiempo que pasaron distanciadas. Después de haber pasado días en el dormitorio de Aespa, ambas sabían que necesitaban un cambio de escenario, así que decidieron pasar el día juntas, lejos de las cámaras y los compromisos.
—¿Te gustaría ir a visitar algún lugar especial hoy? —preguntó Jimin mientras le pasaba un café recién hecho a Minjeong.
Minjeong tomó un sorbo, sonriendo, y asintió.
—En realidad, sí. ¿Recuerdas aquel parque donde siempre íbamos cuando queríamos hablar o escaparnos de la práctica? —le dijo, mirándola con nostalgia.
Jimin asintió, recordando aquellos tiempos, y acordaron pasar la tarde en el lugar que tantas veces había sido su refugio. Una vez allí, caminaron lentamente, entre risas y conversaciones que les recordaban los días donde sus sueños parecían inalcanzables, pero también llenos de esperanza.
Mientras se sentaban en un banco, disfrutando del paisaje, Minjeong soltó un suspiro y miró a Jimin a los ojos.
—He pensado mucho en cómo nos hemos transformado... en cómo hemos cambiado. Pasamos de ser amigas a algo que ni nosotras entendíamos en ese entonces, pero siento que ahora, después de tanto, realmente sé lo que quiero.
Jimin le apretó la mano y la miró con una mezcla de cariño y alivio.
—Yo también. Y es que, aunque hubiésemos cometido errores o tenido que separarnos, de alguna manera siempre volvimos a este punto, donde estamos juntas, —dijo suavemente—. Por eso, quiero que esto sea diferente. Más real y duradero.
Se quedaron en silencio por un momento, solo disfrutando de la presencia de la otra. La tarde se fue oscureciendo mientras caminaban y compartían recuerdos, y Jimin sacó su teléfono para ver la hora.
—¿Qué dices si cenamos en casa? Te debo una comida casera, y esta vez puedo intentarlo, —le propuso con una sonrisa traviesa.
Minjeong levantó una ceja, intrigada.
—¿De verdad vas a cocinar? No quiero terminar llamando al servicio de emergencias —bromeó, riendo.
—¡Te prometo que no será tan desastroso! —rió Jimin, un poco avergonzada, pero dispuesta a intentarlo.
Ambas se dirigieron a casa de Jimin, donde ella se puso a trabajar en una cena sencilla. Minjeong la ayudaba, riéndose de los pequeños errores de Jimin, que intentaba concentrarse en la receta sin que su risa la desconcentrara. Al final, lograron una cena bastante decente, y las dos se sentaron a la mesa, orgullosas de su logro.
Mientras cenaban, Jimin de repente se puso seria.
—Minjeong... quiero que sepas que todo esto no sería posible sin tu paciencia y comprensión. Me has dado tantas oportunidades que, sinceramente, no sé si merezco, —confesó, su tono de voz lleno de gratitud.
Minjeong le tomó las manos suavemente.
—Jimin, ambas cometimos errores, pero creo que al final todo fue necesario para llegar hasta aquí, donde entendemos lo que realmente significa estar juntas, —le respondió, sonriendo—. Lo importante es que decidimos elegirnos, pese a todo.
Las palabras de Minjeong parecieron calmar a Jimin, quien se inclinó para besarla suavemente. Se quedaron así, sin prisas, sintiendo que, por fin, habían encontrado el equilibrio que tanto anhelaban.
Cuando terminaron de cenar, Minjeong sacó de su bolso el ramo de flores que había comprado en secreto antes de encontrarse con Jimin.
—Te las debía desde hace mucho tiempo —le dijo, sonriendo. —Eres mi amor, Jimin, y quiero que lo sepas en cada detalle.
Jimin tomó el ramo, emocionada, y luego la abrazó, dejando que su agradecimiento fluyera en un susurro.
—Gracias, Minjeong. Jamás imaginé que tendría tanta suerte de que volvieras a mí.
Cuando ambas se miraron, la emoción en sus rostros fue inconfundible. Esa noche no solo había sido una velada especial, sino un paso significativo en la relación de ambas. Sabían que el camino que les esperaba no sería fácil, pero, al final, estaban decididas a afrontarlo juntas.
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𝘙𝘪𝘨𝘩𝘵 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯, 𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘵𝘪𝘮𝘦 2 - 𝘖𝘶𝘳 𝘛𝘪𝘮𝘦
Fanfiction𝘋𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴, 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 𝘺 𝘔𝘪𝘯𝘫𝘦𝘰𝘯𝘨 𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘥𝘰 𝘢𝘥𝘦𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘴𝘶𝘴 𝘷𝘪𝘥𝘢𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘵𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴. 𝘒...