𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚝𝚘 𝚝𝚊𝚕𝚔 𝚝𝚘 𝚑𝚎𝚛.

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Después de desactivar sus redes sociales, Jimin sintió que había dado el primer paso hacia su sanación, pero sabía que no era suficiente. Seúl la consumía; la ciudad, con su constante bullicio, era un recordatorio implacable de las expectativas, los compromisos y el dolor que le había acompañado en los últimos meses.

Tomó una decisión. Necesitaba escapar, alejarse de todo y de todos, al menos por un tiempo. Llamó a su manager y le explicó lo que había decidido.

Voy a detener mi carrera por un tiempo —dijo con voz firme, aunque el peso de esas palabras se sintió como una carga más que liberar. —No puedo continuar así, necesito tiempo para sanar.

Su manager, sorprendido, intentó disuadirla.

Jimin, acabas de firmar contratos importantes. Hay proyectos que no podemos posponer. La gente espera mucho de ti. Esto podría afectar tu carrera...

Jimin lo interrumpió. Había pasado demasiados meses haciendo lo que los demás querían.

Lo sé. Pero no puedo seguir así. Mi salud es lo primero, y no estoy en condiciones de actuar ni de ser lo que se espera de mí. Si realmente me apoyan, entenderán que necesito este tiempo.

La llamada terminó con su manager aceptando a regañadientes. Poco después, la agencia emitió un comunicado. El mensaje era claro y conciso: Jimin ha decidido tomarse un descanso indefinido de su carrera para enfocarse en su bienestar y recuperación personal. Las palabras eran frías, formales, pero el contenido era real.

Esa misma noche, Jimin hizo sus maletas. Decidió mudarse a una playa tranquila, lejos de Seúl, lejos de los recuerdos que le hacían daño. No sabía cuánto tiempo se quedaría, pero algo en su corazón le decía que ese era el lugar donde podría encontrar la paz que tanto anhelaba.

Al día siguiente, se encontró manejando hacia la costa. La vista de la playa, el sonido de las olas y la brisa salada fueron como un bálsamo para su alma. No era un escape definitivo, lo sabía, pero era el refugio que necesitaba.

Lo que no esperaba, sin embargo, era encontrar allí a personas del pasado que creía haber dejado atrás.

Estaba caminando por la orilla, los pies descalzos en la arena fría de la mañana, cuando vio a una pareja sentada bajo una sombrilla, hablando tranquilamente. Reconoció sus rostros al instante: eran los padres de Minjeong.

Su corazón dio un vuelco. No sabía si debía acercarse o seguir caminando, pero el destino parecía haber decidido por ella, pues el padre de Minjeong la vio y se levantó de inmediato.

¡Jimin! —exclamó el hombre con una sonrisa cálida. —¡No puedo creer que estés aquí!

Ella vaciló, sorprendida por la calidez con la que la recibían. Esperaba que, después de todo lo que había pasado, la familia de Minjeong la evitara. Pero el abrazo amistoso que le dieron fue todo lo contrario.

Es un gusto verte —dijo la madre de Minjeong, uniéndose a la conversación. —¿Qué te trae por aquí? ¿Estás de vacaciones?

Jimin sonrió con tristeza, sintiendo que no podía ocultar la verdad.

Necesitaba un descanso —admitió. —Han sido tiempos difíciles para mí, y pensé que alejarme un tiempo me haría bien. Nunca imaginé que los encontraría aquí.

El padre de Minjeong asintió comprensivo.

La playa tiene una forma de sanar, ¿no? Nosotros venimos aquí cada vez que necesitamos un respiro de la vida en Seúl. Y tú, Jimin, más que nadie, mereces ese respiro.

Jimin no sabía qué decir. Los padres de Minjeong siempre habían sido buenos con ella, pero ahora, sintiendo el peso de lo que había pasado con su hija, temía lo que podrían pensar.

Gracias —dijo en voz baja, conmovida por su amabilidad.—No pensé que me recibirían de esta manera después de todo lo que ha pasado con Minjeong.

La madre de Minjeong suspiró suavemente, colocando una mano en el hombro de Jimin.

Querida, lo que pasó entre tú y Minjeong es asunto de ustedes dos. Nosotros siempre te hemos querido como parte de la familia, y eso no cambia. Sabemos que ambos tienen sus razones y su dolor, pero no vamos a juzgarte por eso.

Jimin sintió un nudo en la garganta, y antes de poder decir algo más, el padre de Minjeong tomó su teléfono y les hizo una foto.

Vamos a hacerte famosa de nuevo —bromeó. —No puedo resistir subir esto. Minjeong verá que has estado con nosotros y no podrá evitar llamarnos.

Jimin sonrió débilmente, aunque la broma la ponía nerviosa. Sabía que Minjeong no sabía que estaba soltera ni todo lo que había sucedido entre ella y Jaewook.

Mientras tanto, en Japón, Minjeong estaba en su habitación de hotel con las demás chicas de Aespa, descansando después de un largo día de ensayos para su evento. Había una atmósfera relajada, pero entonces Aeri, que revisaba su teléfono, se quedó boquiabierta.

¡Chicas, miren esto! —exclamó, mostrándoles la pantalla.

La noticia del ataque de ansiedad de Jimin estaba en los titulares. Aeri leyó en voz alta el comunicado que su agencia había emitido. Las chicas se miraron con preocupación, y Minjeong sintió un nudo en el estómago.

¿Un ataque de ansiedad? —repitió Minjeong, incrédula. —¿Cómo no me enteré de esto antes?

Yizhuo, siempre rápida, intentó llamarla de inmediato.

Debe estar muy mal para no haber dicho nada. Tenemos que llamarla ahora.

El teléfono sonó, pero Jimin no contestó. La preocupación de Minjeong creció al darse cuenta de que Jimin no solo estaba evitando las redes sociales, sino que también estaba ignorando las llamadas.

No contesta... —dijo Yizhuo, bajando el teléfono. —¿Crees que está bien?

Minjeong se levantó del sofá, su mente en una tormenta de pensamientos. Ella no sabía todo lo que Jimin había estado pasando en los últimos meses, y el peso de la culpa comenzó a acumularse en su pecho.

No lo sé... pero no puede ser una coincidencia que esté pasando por esto justo ahora —murmuró Minjeong, recordando cómo habían terminado las cosas entre ellas en Japón.

Fue entonces cuando Aeri, revisando Instagram, vio la foto que el padre de Minjeong había subido.

¡Miren esto! —gritó, mostrando la pantalla a todas.

Era una foto de Jimin con los padres de Minjeong en la playa. Jimin se veía relajada, pero había algo en su expresión que dejaba entrever que no estaba del todo bien. A pesar de eso, el padre de Minjeong había escrito un mensaje entusiasta junto a la imagen: "Un reencuentro inesperado con nuestra querida Jimin. Nos alegra verla después de tanto tiempo."

Minjeong se quedó mirando la foto, con una mezcla de sorpresa y nostalgia. Sabía que sus padres siempre habían querido a Jimin, pero ver esa imagen, tan casual y familiar, le dolía de una forma que no podía explicar.

¿Qué está haciendo con mis padres? —preguntó, su voz llena de incredulida. —¿Por qué no me dijeron nada?

Aeri se acercó a ella, poniendo una mano en su hombro.

Creo que Jimin está buscando algo de paz, Minjeong. Quizás no quiera preocuparnos, pero tú deberías hablar con ella cuando estés lista.

Minjeong asintió lentamente. No sabía qué decir, pero sabía que no podía ignorar lo que estaba sucediendo. La Jimin que conocía estaba sufriendo, y aunque había pasado tiempo desde que se separaron, no podía simplemente dejarla sola en su dolor.

Sí... —susurró, con la mirada fija en la foto.—Tengo que hablar con ella.

𝘙𝘪𝘨𝘩𝘵 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯, 𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘵𝘪𝘮𝘦 2 - 𝘖𝘶𝘳 𝘛𝘪𝘮𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora