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𝟏𝟐. 𝐂𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐂𝐥𝐢𝐦á𝐭𝐢𝐜𝐨

La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, pero Amara no logró disfrutarla

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La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, pero Amara no logró disfrutarla. Había despertado de otra pesadilla, la imagen de sus miedos y dudas enredándose en su mente como una maraña. Aún con el corazón latiendo desbocado, se sentó en la cama y respiró hondo, recordando las palabras de Ada de la noche anterior: el amor siempre encuentra la manera de ser.

Despertó lentamente con la intención de dejar atrás las sombras de la noche. Se duchó, el agua caliente ayudando a calmar su ansiedad, y se dispuso a arreglarse para el desayuno. A pesar de la pesadilla, sentía la necesidad de ver a sus amigas y dejar los pensamientos oscuros atrás. Al salir de su habitación, se encontró con Daisy en el pasillo. Esta lucía fresca y animada, su cabello todavía húmedo, como si la vida en ella brillara intensamente.

—¡Buenos días, Amara! —exclamó Daisy, sonriendo con fuerza—. ¿Lista para un día lleno de sorpresas?

—Supongo que sí. Anoche no fue tan tranquila como esperaba. —respondió Amara, tratando de ocultar la inquietud en su voz.

—No te preocupes, el desayuno siempre arregla cualquier mal día. —Daisy apoyó una mano en su hombro, brindándole un poco de consuelo.

Justo en ese instante, Mei apareció tras ellas, con una expresión divertida y un toque de desaliño en su atuendo.

—¡Chicas! ¿A dónde van a esta hora? —preguntó Mei con una sonrisa pícara.

—¡A desayunar! —dijo Daisy, con entusiasmo—. ¿Te unes?

—Por supuesto, el camino hacia el desayuno debería ser un ritual sagrado. —Mei hizo una reverencia exagerada y avanzó al frente, marcando el paso.

Las tres chicas se rieron mientras caminaban juntas hacia la cocina, la rítmica cadencia de sus pasos llenando el aire. Al entrar en la cocina, el aroma del pan tostado y el café recién hecho inundó sus sentidos. Daisy venia hablando y contando un poco más de su familia.

𝐕𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 ;  𝐑𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora