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𝟏𝟖. 𝐀𝐬𝐢𝐥𝐨 𝐏𝐨𝐥í𝐭𝐢𝐜𝐨

El sol comenzaba a asomarse por el horizonte, llenando de luz el espacio en la isla y anunciando el inicio de un nuevo día

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El sol comenzaba a asomarse por el horizonte, llenando de luz el espacio en la isla y anunciando el inicio de un nuevo día.

Amara se desperezó en su cama, sintiendo la calidez de los rayos del sol en su rostro. Se levantó y, tras arreglarse un poco, se dirigió hacia la puerta de su cuarto.

Justo cuando Abrió la puerta, se encontró de frente con Rey, que acababa de salir de su habitación. Ambos se detuvieron un momento, sorprendidos por el encuentro inesperado.

Las cosas quedaron tensas, principalmente desde el video, pero aun así, parecía que rey y Amara estaban en su propia burbuja

—Oh, ¡hola! —dijo Amara, sonriendo mientras sus mejillas se sonrojaban levemente.

—Hola, Amarita —respondió Rey, mirando a Amara con esa chispa traviesa en los ojos. —Lista para conquistar otro día, princesa?

Ella no pudo evitar reír, disfrutando del apodo que parecía encajarle perfectamente.

—"Princesa" lo dice el que se pasa el día haciendo travesuras.

Él se acercó un poco, manteniendo la mirada.

—No puedo evitarlo, me gusta verte sonreír.

La atmósfera entre ellos era ligera y alegre, como si el mundo exterior se desvaneciera. Sin embargo, ese momento de complicidad se vio interrumpido de repente cuando la puerta del cuarto de Unica se abrió abruptamente, y ella apareció en el umbral, cruzada de brazos. Su mirada fija en Amara era fría, casi intimidante.

—¿Qué escena tan adorable están montando aquí? —comentó Unica, levantando una ceja y lanzando una mirada de desprecio hacia Amara. Su tono era sarcástico, cargado de una desconfianza palpable.

Amara, sintiendo la tensión en el aire, desvió la mirada y se puso un poco nerviosa al notar la atmósfera hostil.

—Solo estábamos hablando...

𝐕𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 ;  𝐑𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora