𝐕𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 ; 𝐑𝐞𝐲

𝟑𝟐.

𝟑𝟐. 𝐀𝐃𝐍 𝐎 𝐃𝐍𝐈

Comenten y denle estrellitas, muchas muchas. Los quiero

Amara caminaba por los pasillos del hangar, sus pensamientos aún flotando en el aire tras el dulce encuentro con Rey.

Salió de la burbuja de emociones y concentró su mente en la realidad que la rodeaba. Sin embargo, el ambiente que antes le parecía seguro y acogedor ahora se sentía tenso y cargado. Su mente divagaba entre los problemas familiares y sus preocupaciones por Mei.

De repente, su teléfono vibró, rompiendo el silencio de sus pensamientos. Era una llamada de Fech. Con un suspiro, deslizó el dedo para responder.

—¿Qué quieres, Fech? —dijo con una nota de humor ausente, su voz reflejando la frustración que a veces sentía con él.

—¡Estás en voz alta! —la interrumpió Fech, casi riendo. Su tono siempre tenía una chispa de ligereza, pero hoy no estaba en el mismo estado de ánimo.

—¿Y eso qué significa? ¿Cuál es el problema? —respondió ella, intentando mantener la irritación a raya.

Fech pareció dudar un momento. Amara creia saber lo suficiente como para saber que estaba sopesando sus palabras. La pausa prolongada hizo que su ansiedad comenzara a crecer.

—Escucha —dijo Fech finalmente—. Hay algo que debes saber, algo que suena increíble... pero puede que no quieras escuchar esto ahora.

Un escalofrío recorrió la espalda de Amara. Fech tenía una manera de transformar cualquier noticia en una gran revelación, y no estaba segura de si estaba lista para eso justo en este momento.

Amara frunció el ceño, sintiendo que la parte más oscura de la conversación se despejaba. Tomó una respiración profunda, preguntándose de qué estaba hablando realmente Fech. La mención de su tía solo aumentó su curiosidad y ansiedad.

—¿De qué hablas, Fech? —preguntó, algo más fuerte, intentando sacar algo de información.

—Solo aviso. —respondió él de manera ambigua—. Cuida a los que te rodean. Y por cierto, podría ser que Ada quiera hablar contigo.