𝐕𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 ; 𝐑𝐞𝐲

𝟐𝟎

𝟐𝟎. 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨

Después de una tarde llena de emociones en el parque de diversiones, Amara y Rey tomaron el camino de regreso al hangar. La noche se había instalado, y el cielo estaba adornado con una lluvia de estrellas que parecían parpadear en complicidad con su alegría. La luna iluminaba suavemente el camino, creando un ambiente mágico.

Mientras caminaban, Rey tomó la mano de Amara, entrelazando sus dedos con felicidad. Su risa era contagiosa, y cada vez que se miraban, se sentían como si estuvieran flotando en una burbuja de amor.

—Esta fue una de las mejores noches de mi vida —dijo, acercándose un poco más.

—La mía también —contestó Amara, sintiendo que el momento era perfecto para disfrutarse.

Ambos compartieron una mirada que decía más que las palabras, y Rey se inclinó hacia ella, capturando sus labios en un beso suave pero lleno de promesas. Amara se dejó llevar, disfrutando de la calidez de sus abrazos y el sentimiento de felicidad que la envolvía.

Cuando finalmente se separaron, ambos parecían un poco sonrojados, pero encantados. Rey se rió suavemente, mirando el suave brillo en los ojos de Amara.

—¿Entonces, nos vemos luego? —preguntó, sintiendo que ya la extrañaba.

—Claro que sí —dijo ella, su voz un poco más suave.
Rey se acercó a la puerta de su habitación y puso una mano sobre el marco, mirando a Amara.

—Ten un buen descanso, princesa.

—Tú también, caballero —respondió ella, sintiendo que el latido de su corazón sostenía la emoción de la promesa compartida.

Con una sonrisa, Amara se dirigió hacia su habitación, sintiendo que cada paso era un impulso de felicidad. Rey permaneció un momento, observando cómo se alejaba, disfrutando de la visión de su novia. Cuando finalmente entró en su habitación, sintió que un torrente de emociones la invadía.