VIII. Mudanza

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-Aaaaaaaahhhhh. Voy a extrañar este lugar -comenta Ally al entrar al cuarto de coser en el segundo piso.

Steve entra después.  Mientras él cuenta las cajas que faltan por llevar a la sala, el de ojos lilas se detiene en medio de la habitación y sube al bloque de madera que sigue allí.

-Eso me trae recuerdos -dice el de ojos pardos, que lo vio de reojo, mientras revisaba el contenido de una de las cajas, cerciorándose que esté todo.

-Aquí tomaste mis medidas por primera vez -concuerda Ally. Gira sobre su eje, observando cada rincón del cuarto antes de fijar la mirada en su propio cuerpo. Entonces mira a su esposo-. Deben haber cambiado, no?

-Mmm? Las medidas? Quizás -responde Steve.

-No sé. Estos días he sentido que esta parte se ha vuelto más grande -replica Ally tocándose los pechos.

Steve frunce el ceño, deja lo que estaba haciendo y camina hasta donde está el de cabello gris. Coloca su palma en el abdomen de este último y la desliza por el polo manga corta naranja que lleva.

-El contorno del pecho seguro que sí. Además, en ese entonces no sabía que te gustaba llevar la ropa bien ceñida. Habrá que tomarlas de nuevo.

Steve mueve su mano justo por debajo del pecho. Lo comienza a acariciar con la yema del pulgar mientras que posa la otra mano en la cintura de Ally. Este último lo mira desde arriba y sonríe. Su respiración se acelera.

-Quieres tomarlas ahora? -pregunta el de cabello gris.

Steve asiente encantado y va a por una caja que dice “Materiales” en lo que el otro joven recoge su larga cabellera y la sujeta formando una cola de caballo con ayuda de un elástico negro.

El joven de ojos pardos regresa con una cinta de medir, libreta y lápiz. Entonces rodea el pecho con la cinta y comprueba que, efectivamente, ha crecido un poco. Luego pasa a medir la cintura y descubre que esta se ha encogido.

-Interesante -dice Steve.

-Fue por la boda. No comí mucho las últimas semanas -explica el de ojos lilas.

-Entonces mejor no anoto el cambio. Solo es pasajero -responde Steve y recibe un golpe suave en la cabeza en consecuencia-. Jaja -ríe el joven y pasa la cinta esta vez alrededor de la cadera, la variación es poca. Aun así, la medida ya era impresionante cuando se conocieron-. No lo siento como la vez anterior.

-En qué sentido?

-La anterior vez estabas muy nervioso.

-Por qué habrá sido, no? No es como que pocas horas antes el tipo que me tomaba las medidas me había estado empotrando contra su cama, no?

-Buen punto -replica Steve.

-Además, quién dice que no estoy nervioso? -contesta Ally mirando hacia el techo mientras Steve termina de anotar en su libreta.

-Ah, sí? A estas alturas?

El de ojos lilas asiente. Steve aprovecha que el short de jean azul que viste su pareja es bastante corto y toma la medida del muslo directamente sobre la piel. Su mano izquierda hace contacto con la piel morena de Ally y repara en lo suave que se siente.

-Contigo siempre debo estar a la defensiva -explica Ally mientras suspira para relajarse-. Nunca sé cuando harás algún avance.

-Puedes culparme? -replica Steve y con sus manos rodea el muslo de su pareja-. Tengo que ver estas, mañana, tarde y noche. Es inevitable.

El de cabello gris sonríe sin separar los labios. Aprieta una pierna contra la otra y atrapa la mano de Steve. Luego, toma la cabeza de su esposo y la acerca hacia su entrepierna. El de cabello oscuro responde usando el brazo libre para rodear las piernas de su pareja, para luego abrir y cerrar la boca desde su posición, haciéndole cosquillas.

Ally no aguanta más y aparta la cabeza de Steve. Este último se enderaza y mira a su pareja desde abajo. El de piel morena le rodea el cuello con los brazos y lo besa. En principio era una simple muestra de afecto, pero cuando se alejan y miran directamente, no pueden evitar volver al ataque.

El de ojos lilas abre grande la boca y la aprieta contra la de su esposo, para luego cerrarla apasionadamente sobre esta y terminar tirando del labio inferior. Solo para repetir este movimiento un segundo después. 

Steve estira la mano hacia la parte posterior del muslo y la sujeta con firmeza. Ally comprende su intención y levanta la rodilla hasta la cintura de su esposo para que este le sujete la pierna y luego repita lo mismo con la otra.

Ally comienza a besarle el cuello y el costado de la cara de Steve mientras este lo carga hasta apoyarlo contra la pared al lado de la ventana. El de ojos pardos le ayuda a tocar nuavemente el suelo.

El de cabello oscuro agarra la tela del polo de Ally y tira hacia arriba, mientras este último se desabrocha el short de jean. Después, Steve pasa a la parte trasera de su pareja y luego de darle un fuerte agarrón de nalgas, desliza el short hacia abajo.

En ese momento, el de ojos lilas tiene un instante de lucidez y coloca una mano en el pecho de su esposo.

-Cariño, no sé si tengamos tiempo para esto -dice el de cabello gris-. Faltan sacar varias cajas y los de la mudanza llegarán en un par de horas -Steve lo mira decepcionado, pero sabiendo que tiene razón-. Te lo compensaré en la nueva casa. Lo juro.

El de ojos pardos asiente, resignado. Agarra la mano de Ally y le da un beso. Da media vuelta y camina hasta una de las cajas.

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-Uhnnn. No tenía idea que habías reforzado las paredes con obsidiana -comenta Ally-. Pensaba que solo lo habías pintado de negro. Hiciste lo mismo en la nueva casa?

Están en la habitación subterránea, donde Steve escondía los cofres. Ahora sin ellos, es más fácil ver el material de las paredes.

-Por supuesto -responde Steve, que acomoda unos cofres cerca a la escalera de mano-. Toda la habitación es de ese material.

Ally mueve otro par de cofres. Dejaron las cosas de mayor valor para llevarlas ellos mismos, solo por si acaso. Los bloques de construcción, alimentos y otras piezas serán llevadas en las carretas que contrataron. Mientras acomoda las cosas, el joven moreno ve un cofre en el estante más alto.

-Se nos olvidó ese -le dice a su esposo-. No está tan arriba. Me ayudas?

Caminan hasta el estante y Steve se para detrás de su pareja. Se agacha y abraza las piernas de este último, y con un impulso lo lleva hasta arriba. Ally coge el cofre, que por suerte no pesa mucho, y el de ojos pardos lo baja. Cuando toca el piso, siente que algo lo presiona por detrás.

Levanta las cejas y mira hacia Steve por encima del hombro. Le sonríe de forma coqueta. Da media vuelta y lleva una mano hacia la entrepierna de su pareja.

-Alguien se emocionó demás -comenta el de ojos lilas y sube la mano hasta el borde del pantalón de Steve-. Tal vez pueda ayudarte...

Entonces la mano del de cabello negro le agarra suavemente la muñeca.

-No sabes cómo me gusta la idea -replica Steve-, pero me temo que aún nos faltan varias cosas y quiero salir antes que se haga demasiado tarde.

Ally ve como su esposo se aleja y levanta un cofre. El de piel morena le da la razón y también carga uno. Se apresura y llega primero en la escalera, por delante de Steve. Siente la mirada de este último en su retaguardia mientras sube cada peldaño.

Psdt: Hola. Solo faltan dos capítulos para terminar este volumen. Sin embargo, esta semana haré una pausa para publicar una historia corta con motivo de este mes. Hasta pronto.

El vendedor ambulante (inspirado en el mundo de minecraft)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora