El sonido de la alarma me sacó de mi pesadilla. Mi cuerpo aún recordaba la sensación de huir, de sentir la adrenalina en cada paso, pero esta vez, al menos, no era una pesadilla de mi antiguo colegio. No. Era sobre lo de anoche... sobre el pervertido que me había seguido y Ji-ho que, de alguna forma, apareció para ayudarme. ¿Cómo podía olvidarlo? Su expresión calmada cuando me ofreció llevarme a casa, como si lo que acababa de suceder no fuera importante.
Suspiré mientras me sentaba en la cama, abrazando mis piernas. "¿Cómo no pude decirles a So-hee y Eun-ji lo que pasó?", pensé mientras me estiraba hacia mi celular. Tenía varios mensajes de ellas, la mayoría entusiasmadas y preguntando si estoy bien y yo respondiendo con felicidad. "No les mentí exactamente...", me justifiqué en mi mente, aunque una punzada de culpa atravesó mi pecho. No les había contado la parte más importante, y eso me hacía sentir mal. Aun así, la idea de hablar de lo que pasó me daba miedo. No quería que ellas se preocuparan ni que empezaran a preguntar demasiado sobre Ji-ho. "Es mejor que se quede entre él y yo, tal como él lo dijo", me repetí en silencio, como otras palabras que me dijo "no es tu culpa", esas palabras que salieron de su boca me hace sentir calmada.
Me arreglé otra vez, poniéndome mi uniforme pero ya de otra manera. Mirándome al espejo, suspire y puse la mejor cara, aunque desearía decirles a todos quien soy yo para que lo entenderían y ese peso que tengo se fuera... ¿y si mejor les doy indirectas a mis amigas?. Sacudí mi cabeza rápidamente mientras me sentaba y me maquillaba suavemente, hemos sido amigas durante una semana... los días pasan volando realmente, debería tenerles confianza, pero creo que nunca entenderán...
(¿Qué diablos estoy diciendo? son mis amigas, no seas un tonta pesimista) me golpee la cabeza tres veces rendida y suspirando a lo que mi papá entró y vio que estaba en mis momentos de sobre pensar y mi identidad.
-Buenos días, Mi-Suk- dijo con tranquilidad- ¿Cómo amaneciste?, no llegues tarde a clases de nuevo-.
-Buenos días papá.... aaaaah, ¿por que están abrumador esto?- dije mientras no subía mi cabeza, siguiendo ahí mirando la mesa.
-¿otra vez con el problema de tu identidad?- asentí lentamente.
-Pensé algo tonto... eso es todo, papá-.
Sentí que mi papá se acercó a mi y me abrazó, haciendo que alzara la cabeza y simplemente sentí que me agarro mi nariz y jugó con ella.
-papá, deja de jugar con mi nariz... jajajajaja-.
-¿estás bien ahora?- respondió sonriendo a lo que asentí un poco- entiendo que esto es difícil y más si es sobre contarle a tus amigas, entiendo lo abrumador que podría ser esto. Pero debes saber que todo va a su tiempo, si quieres decirles algo en como te sientes sin decirle quien eres, podría ser un progreso en como ellas piensan sobre algunas cosas. Sería una indirecta, pero una muy inteligente-
Me cara se me quedo viéndolo sorprendida, es como si el hubiera mi mente... aunque soy su hija el fue mi gran apoyo desde los diez años, así que se podría decir que el sabe muchas cosas que yo sigo dudando... aunque siempre el fue liberal que mi mamá, ella no me dejaba divertirme con que quería...
[recuerdo]
Era una niña pequeña... esa etapa donde somos curiosos y exploramos las cosas que queremos e incluso quienes somos, en mi caso a mi me encantaba las cosas femeninas y algunas masculinas, estas categorías que realmente en mi adolescencia sigo aprendiendo gracias a mis amigas que me dieron confianza y no sentirme mal.
Me gustaban las muñecas, maquillarme (algo que nunca hice pero ahora si) e incluso siempre he soñado con usar unos vestidos hermosos, al igual me encantaba jugar con mis carritos y mis balones y a veces me sentía incomoda con usar ropa masculina... Pero mi mamá siempre me prohibía a no jugar con lo femenino, y nunca me permitía explorarlas.
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Lim Mi-Suk esconde un secreto
RomanceEn una nueva escuela, Lim Mi-Suk, una chica de quince años que guarda un secreto profundo, lucha por encontrar su lugar en un mundo que a menudo se siente hostil. Mientras intenta lidiar con su identidad y el miedo al rechazo, un encuentro inesperad...