Esa mañana, me miré al espejo y deseé, como tantas veces antes, que mi reflejo fuera diferente. Recordé cuando tenía seis años, cuando empecé a sentir que no encajaba en el cuerpo que se me había dado. Si tan solo hubiera podido cambiar mi cuerpo entonces, tal vez no habría tenido que pasar por tantas cosas, las cosas serían fáciles. Mientras miraba mi rostro y la piel, noté que había cambiado a mejor; me sentía más cómoda con mi apariencia. Pero al mirar hacia abajo poco a poco, un escalofrío me recorrió al ver lo que me recordaba constantemente mi "rareza". Con un suspiro, tomé mis pastillas y traté de apartar esos pensamientos.
Hoy iba a salir con mis amigas, así que elegí un outfit que me encantaba: unas pantis negras con un short de mezclilla azul, una camiseta amarilla de manga corta que tenía un escote sutil, y una chaqueta azul oscuro que hacía juego. Me puse un collar dorado que mi papá me había regalado, una pieza especial que siempre me hacía sentir bien y nunca me dijo el porque era especial. Finalmente, completé mi look con mis Converse negras.
Antes de salir, tomé una foto para compartirla. Duda llenó mi mente. ¿Debería publicarla?, ¿se notará que no soy completamente una chica? Después de un momento, la confianza me ganó y subí la imagen. En cuestión de minutos, mi celular comenzó a vibrar con comentarios de mis amigas.
—¡WOOOOW, eres una modelo! —escribió Eun-ji.
—¡Me encantaría tener tu belleza, eres una chica muy linda! —añadió So-hee.
El corazón me dio un vuelco al escuchar la palabra "chica". Era un pequeño pero poderoso recordatorio de lo que siempre había deseado. Aún me sentía insegura, pero sus palabras me animaron. Mis amigas también enviaron fotos de sus outfits, todas luciendo igual de increíbles.
Cuando salí de mi cuarto, vi a mi papá, que sonrió al verme.
—¡Te ves genial con tu nuevo... outfit! —dijo, intentando hablar como un adolescente.
La emoción me invadió y lo abracé. Sus abrazos siempre me hacían sentir más segura.
-¿tienes hambre?- dijo mi papá con una cálida sonrisa.
—Voy a salir con mis amigas y vamos a comer algo bonito —le expliqué.
—Está bien, pero no llegues tarde. Ya sabes que la noche puede ser peligrosa —me advirtió con una mirada seria.
Le di un beso en la mejilla y salí, sintiéndome lista para el día.
Cuando llegué al lugar donde me encontré con mis amigas, nos abrazamos emocionadas. La energía era contagiosa mientras hablábamos sobre bandas de K-pop, música variada, películas y chicos guapos. So-hee, siempre extrovertida, lideraba la conversación.
—¿Sabías que Eun-ji también le gusta el metal? —dijo So-hee, mirándola con una sonrisa.
—Sí, pero no me considero metalera —respondió Eun-ji, encogiéndose de hombros.
Metal... Esa palabra resonó en mi mente. A mí también me encantaba el metal. Solía pensar que eso no era algo "de chicas" por culpa de algunos compañeros de mi antigua escuela que me miraban rara por no ser "igual a las demás chicas" cuando estaba en pleno cambio, pero la idea de compartirlo me emocionaba.
—A mí también me encanta —dije, sintiéndome más confiada de lo que había estado en días.
—¿De verdad? ¿Cuál es tu banda favorita? —preguntó Eun-ji, animada.
—CRASH —respondí, recordando que no era tan conocida en estos días, pero tenía un lugar especial en mi corazón, es una banda de metal en corea.
—¡Genial! —dijo Eun-ji—. A mí también me gusta.
ESTÁS LEYENDO
Lim Mi-Suk esconde un secreto
RomanceEn una nueva escuela, Lim Mi-Suk, una chica de quince años que guarda un secreto profundo, lucha por encontrar su lugar en un mundo que a menudo se siente hostil. Mientras intenta lidiar con su identidad y el miedo al rechazo, un encuentro inesperad...