Negación Marchita

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El gremio de pescadores solicitaba la presencia del escriba a primera hora. Ya había terminado el evento de recaudación y habían duplicado su meta, ahora tenían dinero de sobra para comprar equipo nuevo y también tenían la oportunidad de financiar investigaciones para desarrollar nuevas herramientas de pesca, para ello debían presentar solicitud formal en la academia.

Al Haitham se dirigió a Puerto Ormos, aprovechó que era el día del mes que le tocaba supervisar y registrar las actividades del puerto para reunirse con los encargados del gremio, grata fue su sorpresa al pasar por el tablón de anuncios y ver un mensaje muy curioso.

"CUIDADO CIUDADANOS DE LA NACIÓN DENDRO Y DE TEYVAT ENTERO, EL SENSUAL ESCRIBA DE LA ACADEMIA DE SUMERU YA NO ESTÁ DISPONIBLE PORQUE ES MÍO"

Alhaitham sonrió y tomó un post-it para responder aquella nota anónima, aunque conocía esa letra así que tan anónima no era ante sus ojos.

"Si quieres anunciar aquello hazlo sobrio"

Tras dejar la nota caminó hasta el lugar de reunión con el gremio en la taberna Yafar. Se dedicó a hablar lo justo y necesario, a anotar lo indispensable y llevar a cabo rápido esa reunión para luego poder terminar sus pendientes y regresar a casa a no hacer nada, pero cuando estaba por terminar el encuentro con los pescadores, una joven del gremio tomó la palabra.

—Muchas gracias por hacer de modelo para los lienzos del evento señor escriba—Habló la mujer—Con su imagen llegaron más participantes de lo esperado y pudimos duplicar la meta a recaudar

Alhaitham no le tomó mucha importancia a sus palabras y sólo asintió con la cabeza sin apartar sus ojos del libro de registros. La reunión prosiguió sin problemas hasta el final, luego se despidieron y el escriba pudo retornar a la ciudad.

En el camino pensó sobre lo que le dijo aquella joven y sobre el tablón de anuncios. Le daba lo mismo si la gente se enteraba o no de su relación porque jamás le importó el qué dirían de él.

Eso creía al menos hasta aquella mañana. Ahora quería que todos sepan que ambos eran novios. Le daba igual si a la gente le agradaba o no la idea.

Quería hacerlo por él mismo, por su propio interés en pasear de la mano con tranquilidad o comprar juntos. Ocultar las cosas solo les traería problemas en un futuro más próximo que cercano y eso era lo que quería evitar.

Lo más lógico y seguro era decirle sólo a sus conocidos que estaban saliendo. Si les parecía bien o no daba igual. Lo importante para Alhaitham era poder disfrutar de su noviazgo. Y por otro lado, poder presumir un poco que su novio era el célebre arquitecto. Ese era un deseo egoísta que necesitaba realizar desde temprana edad, cuando aún eran solo amigos de infancia pero ya sentía algo por su superior.

Incluso quiso permanecer a su lado frente a todos cuando se sentía celoso en el tiempo que Kaveh salía con un joven de su misma carrera de Arquitectura cuando el rubio tenía veintiún años y Alhaitham rozaba los veinte. Pero todo salió mal, eso fue poco antes de dejar de hablarse por el desacuerdo en un proyecto. Ahora en el presente esperaba arreglar las cosas con Kaveh en la noche al llegar a casa y decirle de una vez por todas que lo amaba demasiado desde toda la vida y estaba harto de fingir ante el mundo que aún se detestaban.

Jamás esperó encontrarlo a la hora de almuerzo rondando la academia. Ni siquiera había alcanzado a sentarse desde que volvió de puerto ormos ni había comido en las dos horas que tardó en el regreso vía caravana. Pero Kaveh parecía preocupado esperándolo a la entrada de la academia. Al verlo, el rubio se aproximó donde Alhaitham mientras regañaba en voz alta como si quisiera que todo Teyvat los oyera discutir.

—¿Crees que tengo todo el día para esperarte a ti?—Dijo el rubio molesto—Tengo miles de pendientes por hacer esta tarde

Alhaitham lo miró en silencio.

Floreciendo desde el corazón ✿ HaiKaveh ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora