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❥Cartas Bajo la Manga


Muy temprano en la mañana, Jimin regresó a su habitación, cansado y con la mente abrumada por las palabras de Jungkook. Al abrir la puerta, encontró a Minjae dormido sobre su cuna, su pequeño cuerpo envuelto en mantas suaves, completamente ajeno al caos que los rodeaba.

—Gracias por cuidarlo, señora Choi. — se despidió de la anciana, quien le respondió con una sonrisa antes de marcharse de la habitación.

La imagen de su hijo dormido, con su respiración tranquila y regular, trajo un sentimiento de calma efímera a Jimin. Se acercó en silencio, cuidando de no hacer ruido, y observó al niño con una mezcla de amor y preocupación. ¿Cómo podía Minjae, tan inocente y vulnerable, estar en medio de algo tan oscuro? Era injusto, pensó Jimin, que un ser tan pequeño se viera atrapado en los planes de adultos peligrosos.

Jimin pasó una mano suave por el cabello de Minjae, conteniendo el nudo que se formaba en su garganta. Era extraño cómo en un mundo tan caótico, un niño podía ser el ancla que lo mantenía cuerdo, el único lazo que lo ataba a lo que de verdad importaba.

—Te protegeré, Minjae— murmuró Jimin, como una promesa silenciosa. No importaba lo que tuviera que hacer, no permitiría que nada ni nadie dañara a su hijo.

Se quedó de pie junto a la cuna, mirando a Minjae por unos momentos más, tratando de calmar la tormenta interna que lo sacudía. Jungkook le había dejado claro que la situación solo se volvería más peligrosa, pero Minjae no tenía que cargar con ese peso. Mientras él estuviera allí, mientras pudiera luchar, su hijo estaría a salvo.

Sin hacer ruido, se dejó caer en la silla junto a la cuna, sus ojos se cerraron lentamente mientras intentaba encontrar un poco de paz en medio del caos. Pero aunque su cuerpo estuviera agotado, su mente no dejaba de girar en torno a las amenazas, a las traiciones, y a la pregunta que no podía sacarse de la cabeza: ¿Cómo podría mantener a salvo a Minjae, cuando ni siquiera él sabía en quién confiar?

El desayuno fue silencioso, igual que todas las mañanas anteriores. Minjae comía distraído, jugando con los cubiertos entre sus pequeñas manos, mientras Jimin apenas probaba bocado. Frente a él, Jungkook permanecía impasible, centrado en su plato sin levantar la vista.

Era como si estuvieran atrapados en un ciclo donde cada paso hacia adelante los empujaba dos más atrás. 

Jimin miró a Jungkook, esperando tal vez una señal, una palabra que pudiera aliviar la creciente sensación de desesperanza en su pecho. Pero Jungkook no levantó la mirada, su semblante seguía siendo impenetrable, distante.

El eco de la cuchara que caía en el plato de Minjae rompió el silencio momentáneamente, pero enseguida, la quietud regresó, más opresiva que nunca.

El desayuno terminó como siempre: en silencio.

Jungkook se marchó al casino, dejando a Jimin solo en la mansión. Para Jimin, aquello resultaba sumamente extraño. Desde que habían comenzado con la farsa de su "relación" frente a todos en el casino, Jungkook siempre lo había llevado consigo, asegurándose de que los rumores sobre su cercanía siguieran esparciéndose. Pero hoy era diferente.

Jimin observó cómo la puerta principal se cerraba tras Jungkook, y la incertidumbre comenzó a crecer en su pecho. ¿Qué significaba todo esto? ¿Acaso había cometido algún error que lo alejara más de lo que ya estaba? El comportamiento de Jungkook seguía siendo un enigma.

Jimin caminó de un lado a otro en la habitación, mordiéndose el labio mientras su mente se llenaba de preguntas. Las dudas no cesaban de golpear su cabeza. El hecho de que Jungkook lo hubiera dejado atrás no le parecía algo menor, como si esa ausencia marcara el comienzo de algo más profundo, algo que Jimin aún no alcanzaba a comprender.

❥𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 ℛ𝑒𝓎𝑒𝓈 𝐲 𝐉𝐨𝐤𝐞𝐫𝐬 ♛|Kookmin| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora