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❥Ruegos en la Cúpula del Rey


El brillo de las luces del Golden Casino era cegador desde el exterior, como una joya preciosa que prometía fortuna y olvidos, pero Jimin solo sentía el peso de la desesperación. Había pasado horas en su casa, dándole vueltas al asunto, hasta que decidió que no podía quedarse quieto. Su hijo dormía en casa de Haejin, y él se había aventurado a un lugar que nunca creyó pisar.

"Solo hablaré con él, le haré entender", se dijo por enésima vez mientras cruzaba el enorme salón de entrada del casino.

Al llegar a la recepción, su mirada nerviosa escaneó el lugar. Lo había visto la noche anterior, pero estar en el corazón del Golden Casino era tan apabullante. Todo era resplandor, sonido y opulencia. Hombres y mujeres de traje paseaban con aires de poder, fichas y cartas volaban por las mesas. Jimin apenas podía respirar, pero su propósito lo mantenía firme.

—Disculpa... necesito hablar con Jungkook —dijo, con voz quebrada, al guardia de seguridad de la entrada principal.

El hombre, fornido y serio, ni siquiera lo miró directamente. Mantuvo su posición rígida mientras respondía.

—No se puede. No es tan fácil acceder al dueño del casino. Necesitas una invitación o una razón de peso para que él quiera verte.

—Por favor... es urgente. ¡Ayúdame!—insistió Jimin, notando cómo su desesperación comenzaba a llamar la atención de otros.

Los guardias intercambiaron miradas. Uno de ellos se acercó, con una expresión aún más intimidante.

—Lo siento, pero no tienes permitido entrar sin una razón clara y aprobada.—repitió el segundo guardia, esta vez con más firmeza—Te sugiero que te retires antes de que tengas problemas.

—Por favor, no le quitaré mucho tiempo.

—¡Dije que te largues!— el guardia lo tomó fuertemente del brazo, sarandeandolo molesto.

Jimin intentó mantener la calma, pero la frustración crecía dentro de él. ¿Cómo podía convencer a alguien de que solo quería hablar? Dio un paso hacia atrás, soltándose del agarre, tratando de no perder el control. Sabía que no podía pelear, pero tampoco se iría sin intentarlo.

—!Déjame pasar!— lo intentó una vez más, pero fue en vano, el guardia le dio un empujon que lo descolocó de sobre manera.—¡Idiota!

—Si no te vas ahora mismo vas a sufrir las consecuencias. — el guardia amenazó mordaz.— Y vas a lamentarlo mucho.

—No me voy a ir hasta hablar con Jungkook.

—Escucha a este tonto.— se burló uno de ellos.—Cree que porque lo pide alguien va a obedecir a sus palabras.

Lo que Jimin no sabía era que, en una habitación privada en lo alto del casino, en su Cúpula, justo frente a la Torre del Clisos, Jungkook estaba observando cada detalle desde las cámaras de seguridad. Sus ojos afilados no se perdían ni un solo movimiento del joven en la entrada. A Jungkook le bastaba una mirada para reconocer rostros, y aquel en particular le llamó la atención.

"Es él...", pensó con una media sonrisa de diversión en sus labios. Lo había visto la noche anterior, en medio de un altercado con Seojoon. El espectáculo había sido lo suficientemente escandaloso para dejar una impresión. ¿Y ahora ese mismo hombre estaba allí, rogando?

Jungkook se inclinó ligeramente hacia el micrófono que tenía cerca y ordenó:

—Déjenlo pasar.

Los guardias recibieron la instrucción por sus auriculares y, a regañadientes, apartaron las manos del camino de Jimin, indicándole que podía avanzar.

❥𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 ℛ𝑒𝓎𝑒𝓈 𝐲 𝐉𝐨𝐤𝐞𝐫𝐬 ♛|Kookmin| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora