Capítulo 36: Consigue la caja azul nuevamente

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"Soy Ethan Hayes, el novio de Gwen, me alegro de ver que está bien, señor". Ethan extendió su mano hacia George Stacy.

—Yo también estoy encantado de conocerte —respondió George, y su expresión

seria se suavizó un poco mientras observaba a Ethan, un hábito que había perfeccionado durante años como policía. Para ser la rara elección de su hija, su primera impresión

de Ethan no fue mala. El joven que tenía delante no exhibía la arrogancia ni el comportamiento despreocupado que George esperaba de muchos jóvenes. En cambio, Ethan parecía seguro, maduro y respetuoso.

Los dos se estrecharon la mano con firmeza antes de que Ethan se volviera hacia la madre de Gwen.

"Hola, señora", dijo Ethan, extendiendo su mano hacia Tracy.

"Llámame Trish", respondió ella cálidamente, con expresión amable mientras lo evaluaba.

—¿Nos conocíamos antes? —preguntó Ethan con una sonrisa amistosa, aunque ya sabía la respuesta.

Gwen se rió e intervino: "Mamá, ¿no dijiste que el señor Smith, que vive al lado, vendió su casa? Ethan es tu nuevo vecino".

Los ojos de Tracy se abrieron con sorpresa: "¿En serio?"

—Sí, Trish —confirmó Ethan, aunque suspiró por dentro. No había previsto vivir tan cerca de los padres de Gwen, y sería...

Sin duda, sus actividades secretas serán más complicadas en el futuro.

George rió entre dientes, aunque en sus ojos todavía había un dejo de sospecha. "Vaya coincidencia", dijo, mientras su mente comenzaba automáticamente a analizar los antecedentes de Ethan, un hábito adquirido tras años de trabajo en la policía. Los instintos de George le decían que había más en Ethan de lo que se veía a simple vista. Sin embargo, no se apresuró a sacar conclusiones

negativas por el momento.

"Creo que este apartamento es genial", dijo Ethan, señalando el edificio. "Estar tan cerca de la comisaría da una sensación de seguridad. Supongo que vivir a su lado, señor, me ayudará a dormir más tranquilo por las noches".

"Eso es ciertamente cierto", dijo Trish, claramente complacida con el cumplido.

Sin embargo, George seguía evaluando a Ethan, con la mente llena de preguntas. Era un policía de pies a cabeza, y el hecho de que este joven aparentemente adinerado se hubiera mudado a la casa de al lado, tan cerca de su familia, significaba que pronto tendría que hacer una verificación de antecedentes.

Gwen, notando la intensa mirada de su padre, tomó su mano. "Papá, estás herido.

¿Necesitas descansar un poco?", preguntó con voz llena de tristeza.

George negó con la cabeza con obstinación. "No hay tiempo para descansar.

Ese monstruo sigue suelto y tengo que volver a la comisaría para hacerme cargo. Hay demasiadas personas heridas", dijo con amargura y la voz llena de ira.

El rostro de Gwen palideció. Temía lo que podría pasar si su padre descubría alguna vez su identidad secreta como la Araña Fantasma. La idea la puso ansiosa.

"Saldré del hospital pronto y volveré a la comisaría. Ethan, deberías pasarte por nuestra casa algún día", dijo George, mirándolo con atención. "Hablaremos un rato".

Ethan sonrió cortésmente. "Sería un honor, señor".

George no mostró ningún signo de prejuicio, a pesar de que Ethan no era nacido en américa. Durante su carrera había conocido a muchas familias, la mayoría de las cuales eran trabajadoras y respetuosas de la ley. Según su experiencia, los asiáticos tenían los índices de criminalidad más bajos de la ciudad.

Bajo cero: Hie Hie no MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora