Capítulo 39: El suero de eliminacion de Súper habilidad

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Ethan Hayes regresó a casa en silencio, sintiendo el peso de los acontecimientos recientes. El teléfono sonó, rompiendo el silencio. Era Natasha Romanoff.

"Demonio de Hielo, ¿qué se siente al ser pateado por una Araña Fantasma?" La voz de Natasha tenía un dejo de diversión.

Ethan se rió entre dientes. "Mi mayor debilidad es que me gustan las

mujeres hermosas. No hay forma de evitarlo. Ghost Spider es una belleza y, bueno, que una mujer hermosa te 'intimide' no es lo peor".

La decepción inicial de Natasha Romanoff apenas se notaba en su voz: "¿Ya has recibido tu mercancía?"

Ethan fue directo al grano, no era de los que se detenían demasiado en bromas. "Sí, lo entiendo. ¿Qué pasa con mi pago?"

Natasha Romanoff, intentando recuperar el control de la conversación, añadió en tono burlón: "He sido muy obediente. Todo está listo y esperando. ¿Quieres venir?".

Pero Ethan simplemente colgó, dejando a Natasha furiosa al otro lado de la línea. Murmuró para sí misma con frustración, preguntándose por qué él aparentemente estaba más interesado en su "noviecita" que en ella.

"Se arrepentirá de haberme subestimado", pensó, con su espíritu competitivo enardecido. "Un día lo haré arrodillarse ante mí y llamarme reina".

Raven, que había estado observando la conversación,

no pudo evitar reír. "¿Trato del diablo? Este juego es más interesante de lo que pensaba".

Su habilidad para cambiar de forma le había otorgado una larga vida y juventud, lo que la convertía en una experta en manipular a la gente.

Sonrió, considerando su próximo movimiento. "Me pregunto si propongo un

nuevo trato, ¿Ethan lo aceptará? Los hombres tienden a caer ante algo dulce", reflexionó.

«Si no se hubieran descubierto los poderes del chico», pensó Raven sombríamente. La capacidad de ese chico para neutralizar el gen X en mutantes podría ser un desastre. Los militares, en particular, ya estaban desarrollando

un suero basado en sus poderes, un suero que podría convertir a los mutantes en personas comunes.

De vuelta en casa, Ethan estaba sumido en sus pensamientos, sentado en su estudio y vigilando de cerca las acciones de Stark Industries. La tendencia alcista continuaba y los bajistas estaban desorganizados. La semana que viene liquidaré mis contratos de futuros, planeó Ethan. Sabía cuándo dejar de tentar a la suerte.

Justo cuando estaba a punto de relajarse, el sonido del viento lo alertó. Una figura elegante, una araña fantasma, estaba posada en su ventana.

—Hola, querido estudiante Ethan —dijo Gwen Stacy, quitándose la capucha y dejando que su cabello rubio cayera sobre sus hombros.

Ethan sonrió. "Hola, te vi en las noticias hoy. Pateando al Demonio de Hielo,

¡bastante impresionante!"

Gwen sonrió. "Después de todo, soy la buena vecina de Nueva York". Con un movimiento rápido, saltó de la ventana y aterrizó en el regazo de Ethan, mirándolo con un brillo travieso en los ojos.

"Mi papá trabajará horas extras esta noche", susurró, inclinándose más cerca. "Tenemos tiempo."

Ethan, que siempre aprecia una buena oportunidad, la acercó más. "Parece que

el sistema quiere que me haga más fuerte rápidamente", pensó, mientras los puntos de deseo de los acontecimientos recientes habían llegado con facilidad.

"Incluso tengo algunos conjuntos nuevos listos", añadió Gwen, con su voz suave en su oído.

Ethan podía sentir que la emoción crecía. Estaba agradecido de no haberle prometido nada a Natasha Romanoff. ¿Quién podría resistirse a Spider­Gwen en uniforme?

Mientras tanto, dentro de una base oculta en Nueva York, Nick Fury se encontraba frente

a un enorme iceberg que contenía el cuerpo congelado del Dr. Connor, también conocido como el Hombre Lagarto.

—Entonces, este es el infame Hombre Lagarto —reflexionó Fury, estudiando a la

criatura atrapada en el hielo—. Un mutante de tal poder, pero el Demonio de Hielo lo congeló con facilidad.

Natasha Romanoff se acercó y sus ojos se posaron en la figura congelada. "Impresionante. ¿Podemos capturar al Demonio de Hielo?"

Fury se volvió hacia ella con expresión indescifrable. —¿Es posible?

Natasha negó con la cabeza. "Es poco probable. El Demonio de Hielo puede atomizar".

El daño físico no le afecta y puede escapar en cualquier momento a través de su forma de niebla.

Fury consideró sus palabras por un momento. "Abre el sello del Hombre Lagarto. Quiero inyectarle el suero reductor".

—¿El suero reductor? —Natasha levantó una ceja, curiosa.

"Es un suero desarrollado por los militares, diseñado para eliminar el gen X mutante y convertirlos en humanos normales", explicó Fury.

"Los mutantes se están volviendo demasiado peligrosos".

Natasha escuchó atentamente mientras Fury continuaba. El potencial para neutralizar los poderes de alguien como Magneto, que podía

manipular los campos magnéticos que los rodeaban, era demasiado significativo como para ignorarlo. El gobierno había mantenido en secreto los desastres mutantes durante años, pero el problema estaba creciendo.

"¿Planeas usar este suero en el Demonio de Hielo?" Preguntó Natasha, comprendiendo de repente el plan de Fury.

"Lo he probado en supersoldados y no les afecta. Pero los mutantes o aquellos con superhabilidades podrían ser una historia diferente. Tenemos que averiguarlo.


Bajo cero: Hie Hie no MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora