08/02/2030
Joao🐢
Ya habían pasado dos días desde que Julieta y los niños vinieron a cenar a casa. Aún podía recordar cómo sonaba su risa en la sala, cómo Isa y Sebas llenaban el ambiente con su energía, y cómo todo, por un momento, parecía increíblemente normal. Una familia. Pero también recordaba esa sensación incómoda de no haber tenido suficiente tiempo a solas con ella. Justo cuando parecía que íbamos a poder hablar más... o quizás algo más... el pequeño Mateo apareció con sus ojitos adormilados, listo para irse. No lo culpo, tenía sueño y no pudo evitarlo, pero ahora me quedaba esa sensación de algo inconcluso. Algo que debía resolverse.
Ayer, decidí que no podía esperar más. Tomé el teléfono y, un poco nervioso, le mandé un mensaje a Julieta. Era directo, pero no demasiado obvio. Solo quería saber si aún estaba en pie la idea de que viniera a casa. Pasaron unos minutos que parecieron eternos, como si cada segundo que tardaba en responder estuviera más cargado de ansiedad. No debería estar nervioso por algo tan simple como un mensaje, ¿verdad? Pero ahí estaba yo, inquieto, mirando la pantalla.
Finalmente, apareció su respuesta. Un simple "Sí, no tengo nada que hacer", que logró que el nudo en mi pecho se deshiciera. Al menos no tenía otros planes, y eso significaba que pasaríamos tiempo juntos. Tiempo a solas. Isa tenía una pijamada en casa de unas amigas, lo que dejaba la casa completamente vacía. Solo ella y yo. Me costaba creerlo, después de todo lo que habíamos pasado, que por fin tendríamos ese momento para nosotros. No es que lo hubiera planeado de esa forma, pero sentía que era la oportunidad perfecta.
¿Nervioso? Un poco. Aunque, por otra parte, estaba ansioso de retomar lo que esa noche en la cena se quedó a medias. Sabía que Julieta también lo había sentido. Hubo una chispa, una tensión que, por momentos, parecía que ambos intentábamos ignorar, pero ahí estaba. Era tan evidente como el silencio incómodo que quedó cuando Mateo entró en la sala esa noche. Y ahora, por fin, teníamos una segunda oportunidad.
Mientras pensaba en todo esto, me di cuenta de que estaba haciendo lo mismo que hacía siempre antes de verla: repasando en mi cabeza cada posible escenario de cómo podría ir la noche. Me visualizaba con ella en el sofá, charlando como siempre lo hacíamos, pero sabiendo que debajo de cada palabra había algo más. Algo que ambos queríamos, aunque ninguno se atreviera a decirlo abiertamente.
Tomé aire profundamente y dejé salir una risa nerviosa. ¿Por qué me ponía tan inquieto? No era como si no la conociera, no era como si no hubiéramos estado en esta situación antes. Pero... sí lo era. Esta vez era diferente. Esta vez sentía que las cosas habían cambiado entre nosotros, como si estuviéramos al borde de algo nuevo, algo más serio.
Me acerqué a la ventana y miré el cielo. Estaba claro, sin nubes. El tipo de noche perfecta para una charla tranquila, para aclarar las cosas, para... no lo sé. ¿Para qué exactamente? Ni siquiera estaba seguro de qué quería decirle cuando la viera. Lo único que sabía era que esta vez no dejaría que el momento pasara sin hacer algo al respecto.
Me giré hacia el espejo y me miré. "Relájate, Joao", me dije en voz baja. Después de todo, es solo Julieta, la misma Julieta de siempre, la que me entiende con solo mirarme, la que ha estado a mi lado incluso en los momentos más difíciles. Pero también era la Julieta que me hacía sentir algo que no podía ignorar, algo que me tenía aquí, revisando cada detalle como si fuera una primera cita.
Aún era temprano. Apenas las siete y cuarenta de la tarde, pero sentía que el tiempo pasaba lento, casi como si el reloj estuviera en mi contra. Julieta vendría a las diez, lo cual me daba un par de horas más o menos para llevar a Isa a la casa de su amiga, donde tenía su pijamada, a las ocho. No estaba del todo seguro de qué clase de "cita" sería esta con Julieta. Supuse que veríamos una o dos películas y ya... No piensen mal de mí, no soy ese tipo de persona que aprovecha cualquier momento para otra cosa. Además, estar con ella de esa manera, en la tranquilidad de mi casa, tenía algo especial, como si el simple hecho de compartir espacio con Julieta ya fuera suficiente.
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Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo Félix
RomanceJoao y Julieta, se reencuentran después de 6 años, ¿Cuál será la reacción de cada uno al verse?