04/03/2030
Julieta🦋
¿Qué les puedo decir? Ya había pasado un mes desde que Joao y yo les contamos a los niños que todo volvería a ser como antes, después de esos largos seis años de distancia emocional. La verdad, se sentía como un sueño poder vivir esta paz familiar otra vez. No les voy a mentir, las últimas semanas habían sido una mezcla de alegría y un poco de nostalgia; las constantes salidas con los niños, las tardes en familia, y, de vez en cuando, momentos a solas con Joao. También, por supuesto, estaban esas escapadas con mis amigas, Paula y Sara, que siempre lograban devolverme un poco de esa frescura que el día a día parecía arrebatar.
Sin embargo, a la vez había algo que me estaba quitando el sueño. Desde hace algunas semanas, me llegaban mensajes de un número desconocido, el mismo que me escribió aquella vez que me quedé en lo de Joao. Al principio pensé que era una broma, algo que alguien hacía para molestar, pero a medida que los mensajes continuaban, se convirtieron en algo más perturbador. A veces eran amenazas veladas; otras veces, palabras que daban a entender que quien estuviera detrás podía estar observándome. A ratos llegaba a sentir una mirada sobre mí, como si realmente estuviera siendo vigilada.
Honestamente, había tenido ganas de contarle a Joao e incluso ir a la policía, pero una parte de mí no quería parecer exagerada. "Seguramente es una simple broma pesada," me repetía una y otra vez, como si eso pudiera aplacar mi nerviosismo.
Esta tarde tenía una salida con Sara y Paula. Eran ya las 18:30, y Joao, sin problemas, había aceptado quedarse con los niños en su casa. Cuando estaba por mandar un mensaje a Sara para ver si ya estaban en camino, escuché una bocina afuera de la casa. Sonreí al saber que ya habían llegado. Tomé mi bolso y salí hacia el auto, donde me esperaban mis amigas, listas para una tarde de chicas.
Al entrar, fui recibida con una calidez familiar.
—¡Holaaa, amores míos! —saludé, acomodándome en el asiento y cerrando la puerta.
Paula sonrió con esa calidez tan suya mientras arrancaba el auto.
—¿Cómo estás, cariño? —preguntó.
—Perfecta, chicas. ¡Listísima para desestresarme con ustedes! —respondí, y ambas rieron conmigo.
Sara, desde el asiento del copiloto, se giró con una mirada cómplice.
—¿Y a dónde vamos, entonces? —preguntó, ya con una sonrisa de anticipación.
—No lo sé... ¿qué les parece un Starbucks? —propuse.
Paula asintió emocionada, mientras Sara hacía una expresión de aprobación.
—¡Genial! —exclamó Paula, arrancando el coche y dirigiéndose hacia la cafetería.
El trayecto fue breve y, al llegar, nos dirigimos directamente a una de las mesas del fondo, un rincón tranquilo y perfecto para conversar sin interrupciones. No pasó mucho tiempo hasta que la mesera se acercó a tomar nuestra orden, y mientras esperábamos que nos trajeran los cafés, Sara rompió el silencio.
—A ver, cariño... cuéntanos. ¿Cómo van las cosas con Joao y los niños? —preguntó con una sonrisa, dándome un suave apretón en el brazo.
Suspiré, sintiendo una mezcla de alegría y nostalgia inundarme.
—A ver, chicas... —dije emocionada, buscando las palabras—. Últimamente la hemos pasado increíble. Los niños están felices... bueno, ¡Mateo ni se quiere despegar de él! —dije entre risas.
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Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo Félix
RomanceJoao y Julieta, se reencuentran después de 6 años, ¿Cuál será la reacción de cada uno al verse?