03/12/2030
Isa🎀
No sabía cómo poner en palabras todo lo que había sentido desde aquel día en el supermercado. Lo que para muchos podría haber sido un encuentro ordinario en las góndolas, para mí había sido un golpe directo al corazón. La vida me había sorprendido de una forma que jamás imaginé: encontrarme con Sebas, mi hermano, después de seis largos años.
Era como si hubiera visto a un ángel caído del cielo en el momento más inesperado. Verlo ahí, frente a mí, me provocó una explosión de emociones que no sabía cómo procesar. Mis manos temblaban mientras sostenía el carrito de compras, y mi pecho se sentía tan lleno de nostalgia y amor que apenas podía respirar. Era como si el tiempo se hubiese detenido por un momento, y ese instante nos perteneciera solo a nosotros. Nos habíamos quedado quietos, con los ojos fijos el uno en el otro, sin decir una sola palabra.
La ausencia de Sebas había dejado un hueco inmenso en mi vida. A veces me preguntaba si lo había imaginado, si realmente había existido o si mi mente lo había inventado para aliviar la soledad. Pero ahora lo tenía ahí, de carne y hueso, tan real como los recuerdos que compartíamos. Se veía diferente, más adulto, más maduro, pero sus ojos seguían siendo los mismos, esos ojos que conocía tan bien.
Lo había extrañado tanto. Durante años había rogado al cielo, a cada estrella que veía brillar por la noche, que me devolviera a mi hermano. Y ahora, ahí estaba, como si mis plegarias hubieran sido finalmente escuchadas. La sensación de alivio y alegría se mezclaba con el miedo y la incertidumbre. ¿Qué habría sido de su vida todo este tiempo? ¿Por qué había desaparecido sin dejar rastro?
Ese día en el supermercado, Sebas me dio su número, y me dijo que tenía un plan para que mamá y papá se reencontraran. Lo que más me emocionó fue que, después de tanto tiempo, seguíamos estando en la misma página, queriendo lo mismo: que nuestra familia volviera a estar unida. Él había pensado en cada detalle, y juntos habíamos hablado durante horas, ajustando el plan una y otra vez hasta asegurarnos de que no fallaría. Era un plan perfecto, o al menos eso esperábamos.
Para ponerte en contexto, el plan era sencillo pero ingenioso. Sebas y yo fingiríamos que queríamos salir a cenar con uno de nuestros padres, cada uno por separado. Yo le diría a papá que tenía muchas ganas de ir a un restaurante nuevo que acababa de abrir cerca de casa, uno que sabía que le gustaba. Sebas haría lo mismo con mamá, sugiriendo que salieran a cenar, solo los dos. Mateo, nuestro hermanito menor, no iría. Sebas me dijo que él prefería quedarse en casa, que no le gustaban mucho las cenas en restaurantes y que, además, queríamos que fuera algo reservado. No se sentiría cómodo en una situación tan "seria" como esta.
La cita sería a las 9:00 pm. Ya lo teníamos todo cronometrado. Una vez en el restaurante, Sebas me mandaría un mensaje señalándome que era el momento. Entonces yo diría que necesitaba ir al baño, dejando a papá solo en la mesa. Sebas haría lo mismo con mamá. Así, ambos se quedarían esperando en sus mesas, sin saber que estaban a solo metros de distancia. Cuando Sebas y yo estuviéramos juntos en el baño, cada uno llamaría a su respectivo padre, diciéndoles que había una "emergencia" y que vinieran rápido.
Lo emocionante de todo esto es que papá y mamá no sabían que estaban a punto de reencontrarse. Después de tantos años, después de tanta distancia entre ellos, este sería el momento que podría cambiarlo todo. Era un plan atrevido, pero Sebas y yo creíamos que funcionaría. Solo rogaba que el destino nos ayudara, que en ese encuentro papá y mamá volvieran a verse como lo hacían antes, cuando las risas y el amor llenaban nuestra casa.
Suspiré mientras miraba la pantalla de mi teléfono, donde Sebas me enviaba un mensaje.
"¿Todo listo para hoy?"
ESTÁS LEYENDO
Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo Félix
Storie d'amoreJoao y Julieta, se reencuentran después de 6 años, ¿Cuál será la reacción de cada uno al verse?