Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo Félix

13| . Propuesta

06/02/2030

Joao🐢

Mis manos sudaban un poco mientras me movía por el salón, ajustando detalles que probablemente solo yo notaría. Estaba nervioso, más de lo que quería admitir. Isa estaba ayudándome a limpiar la casa, aunque con la clásica actitud de quien prefiere estar en cualquier otro lado. Hoy era una noche importante, una que podría cambiarlo todo. Julieta iba a venir con Sebas y Mateo, y sería la primera vez que lo vería en persona. La primera vez en seis años que estaríamos juntos en el mismo espacio, como si el tiempo no hubiera pasado, aunque ambos sabíamos que sí lo había hecho.

Hoy quería que fuera especial. No solo para mí, sino para Julieta y los niños. Era mi oportunidad de llenar el vacío que había quedado cuando nos separamos. Seis años parecían una eternidad, pero ahora que estaba a punto de verla, me daba cuenta de que ese tiempo no había hecho más que profundizar lo que sentía. Quería que esta noche fuera perfecta, que cada detalle contara.

Miré el reloj. Eran las 15:32. Aún era temprano, pero siempre había algo más por hacer, ¿no? Algo que se me había pasado por alto. Me acerqué a Isa, que estaba ocupada arreglando los cojines del sofá, a regañadientes, pero con esa mirada concentrada que siempre me hacía sonreír.

–"Isa, vamos, tenemos que ir por unas cosas," –le dije, mientras observaba cómo intentaba alinear los cojines por cuarta vez.

Ella resopló, dejando caer los hombros. –"¿Otra vez, papá? Ya es la tercera vez que salimos de compras hoy." –Su tono era la mezcla perfecta entre fastidio y cariño que solo una preadolescente puede dominar.

No pude evitar reír. –"Nunca es suficiente," –le dije, dándole una palmada suave en el hombro. –"¿Acaso no quieres que conquiste a tu madre de nuevo?" –Sabía que eso la sorprendería.

Isa levantó la vista y me miró con los ojos muy abiertos, parpadeando un par de veces como si intentara procesar lo que acababa de escuchar. –"¿Tienes pensado volver con ella?" –preguntó, ahora con un brillo de emoción en sus ojos.

Me agaché un poco para estar a su altura y la miré con seriedad, aunque sin perder la sonrisa. –"Pues claro, cariño. ¿A caso tú no quieres?"

–"¿Estás bromeando? ¡Obvio que quiero!" –exclamó, sus ojos llenos de esperanza. –"Vamos, ¡muévete! ¡Hay cosas que comprar!" –añadió con un entusiasmo que no le había visto en todo el día, caminando lentamente con sus muletas hacia la puerta antes de que pudiera responder.

Me quedé un segundo más en el salón, sonriendo. Era increíble ver cómo un solo comentario podía cambiarle el ánimo. Verla tan ilusionada me llenaba el corazón. A pesar de todo lo que había pasado, esa chispa seguía ahí, y la idea de reconstruir lo que habíamos perdido parecía más posible que nunca. Pero antes de dejarme llevar por el optimismo, me recordé que aún había cosas que hacer. Esta noche debía ser perfecta.

Isa caminaba junto a mí mientras salíamos de casa y nos dirigíamos al coche, casi saltando de la emoción. Aunque tenía 12 años, todavía conservaba ese aire de niña curiosa y llena de energía que siempre me había encantado. Mientras conducía hacia el supermercado, noté que su entusiasmo no se había apagado ni un poco, a pesar de sus quejas anteriores.

–"Papá, ¿qué más necesitamos comprar? Ya tenemos comida, velas y flores," –dijo mientras jugueteaba con su trenza, mirándome con una sonrisa cómplice.

–"Bueno, aún me faltan algunos ingredientes para la cena. Quiero preparar algo especial," –respondí, tomando el volante con una mano y usando la otra para señalar el supermercado a lo lejos. –"Además, nunca se puede estar demasiado preparado. Ya sabes cómo es tu madre, le encantan los detalles."