18 | . No Me Hagas Daño

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10/03/2030


Joao🐢

21:54 hs:

Había pasado más de una hora desde que Julieta se fue con los niños. La sensación de inquietud me envolvía, como si una neblina densa hubiera cubierto la casa. Desde que se marcharon, no había tenido noticias de ella. Le había llamado y mandado mensajes, pero la pantalla de mi teléfono solo mostraba la fría luz de la falta de respuesta. La ansiedad me carcomía por dentro, y el silencio del hogar solo la hacía más intensa.

Isa estaba conmigo en la sala, sentada en el sofá, con la mirada fija en el suelo. La casa estaba a oscuras, no solo porque la noche había caído, sino porque cualquier aparición, ya sea de alguien conocido o desconocido, nos mantenía en alerta. Le conté a Isa lo que había pasado hace unos minutos, cómo Magui había irrumpido en nuestras vidas de nuevo, y sinceramente, ni ella ni yo podíamos creerlo. La idea de que Magui pudiera querer hacerle daño a Julieta era un pensamiento aterrador.

—Papá, ¿mamá estará bien, verdad? —me preguntó Isa, con la voz temblorosa y los ojos llenos de preocupación.

La abracé, intentando transmitirle un poco de calma, mientras acariciaba su espalda con la mano.

—Tranquila, cariño, ella estará bien —le respondí, tratando de sonar seguro, aunque por dentro la incertidumbre me corroía.

—¿Y si Magui la encuentra? —insistió, su voz un susurro cargado de miedo.

Sinceramente, no sabía qué pensar si Magui llegaba a encontrar a Julieta.

—No lo hará, y si eso llegara a pasar, Magui no sería capaz de hacerle daño —le dije, aunque una parte de mí dudaba de mis propias palabras.

—¿Me lo prometes? —me miró con esos ojos inocentes que me desgarraban el corazón.

—Te lo prometo, cariño —le aseguré, dándole un beso en la frente, con la esperanza de que mis palabras le brindaran algo de consuelo.

Justo cuando pensábamos que todo estaba tranquilo, el sonido del timbre resonó en la casa. La tensión se apoderó de mí.

—Papá, ¿no abrirás? —me preguntó Isa, su voz un hilo de temor.

—Shhh, Isa, no hagas ruido —le pedí, levantando un dedo en señal de silencio. El corazón me latía con fuerza mientras me acercaba a la puerta, un miedo palpable llenando el aire.

Al tomar el pomo y girarlo, abrí la puerta lentamente, y joder, ahí estaba ella.

—¿Qué coño haces aquí? —le pregunté, la sorpresa y la indignación mezclándose en mi voz.

—Hola para ti también —respondió la silueta que más odiaba.

—Vete ahora mismo de mi casa, Magui —le dije, tratando de cerrar la puerta, pero ella, atenta, empujó con fuerza para evitar que lo hiciera.

—Veo que no tienes ganas de recibir visitas —me dijo con una sonrisa que no escondía sino desdén.

—Claro que tengo ganas, pero una visita como tú me quita esa emoción —le respondí, intentando mantener la calma, aunque mis palabras estaban impregnadas de sarcasmo.

Ella me miró ofendida, pero no se detuvo.

—Mira, Joao, no vengo aquí por ti —dijo, corriéndome y entrando a la casa.

Joder, ¿Qué le pasaba?

—Más bien, vengo por algo en especial —continuó, con una mirada que me heló la sangre.

Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora