002: REFLEJOS DE MI AUTENTICIDAD

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Mirarme al espejo es una experiencia que me llena de confusión y dolor

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Mirarme al espejo es una experiencia que me llena de confusión y dolor. Cada vez que me enfrento a mi reflejo, es como si estuviera viendo a un extraño. La imagen que veo no coincide con la identidad que siento en mi interior. En lugar de encontrar la validación y la aceptación que tanto anhelo, me encuentro con la disforia que me consume.

Las noches son las más difíciles. En la soledad de mi habitación, las lágrimas fluyen sin control, cada una de ellas un testimonio de la lucha que llevo dentro. Lloro por la distancia entre quien soy y cómo me ven los demás. Lloro por los sueños de ser un chico, por la libertad de ser visto como realmente soy sin la carga de la confusión y el rechazo.

La disforia se convierte en una sombra que me sigue a cada paso, un recordatorio constante de la guerra que se libra en mi mente y en mi corazón. Siento que mi cuerpo es un campo de batalla, donde mi verdadero yo lucha por ser reconocido y aceptado. La desconexión entre mi ser interior y la imagen externa es desgarradora. Anhelo ver a un chico en el espejo, a alguien que refleje la identidad que siento latir en mi interior. Pero en lugar de eso, veo un rostro que me resulta ajeno, una apariencia que no se siente como mía.

A menudo me pregunto cómo sería mi vida si pudiera mirarme al espejo y sentirme bien con lo que veo. Imaginarme sonriendo, sintiendo orgullo y aceptación en lugar de tristeza y decepción. Pero esa imagen a menudo se siente lejana, como un sueño inalcanzable que se desvanece en la luz del día.

La lucha con la disforia es solitaria y a menudo incomprendida. Hay días en los que me siento fuerte, donde puedo aferrarme a la esperanza de que algún día todo esto cambiará. Sin embargo, hay noches en las que la tristeza me abruma, y el llanto se convierte en mi única compañía.

Este viaje no es fácil, pero cada lágrima que derramo es un paso hacia la autenticidad, un recordatorio de que estoy aquí, luchando por mi lugar en el mundo. Aunque los espejos puedan ser crueles y mis días oscuros, sigo adelante, aferrándome a la esperanza de que un día, finalmente, veré el reflejo de quien realmente soy.

 Aunque los espejos puedan ser crueles y mis días oscuros, sigo adelante, aferrándome a la esperanza de que un día, finalmente, veré el reflejo de quien realmente soy

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Fragmentos de un YO Silenciado © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora