Este libro es un viaje a través de mis pensamientos y emociones, un espacio donde comparto la lucha por afirmar mi identidad. Cada relato es un fragmento de mi vida, una ventana a mis experiencias de rechazo y anhelos de aceptación. Sin filtros ni a...
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Una de las cosas más dolorosas de esta experiencia es la manera en que la sociedad elige a quién aceptar y a quién juzgar. He visto a chicos cisgénero vestir ropa femenina, pintarse las uñas o llevar maquillaje, y la gente los elogia. Los llama "valientes", dice que están "rompiendo estereotipos", que son un ejemplo de libertad y expresión. Les aplauden por desafiar las normas, los felicitan por ser auténticos, y eso, sinceramente, me alegra por ellos. La aceptación y el apoyo son algo que todos merecemos, pero me hace preguntarme: ¿por qué no puedo recibir lo mismo?
Cuando un chico trans decide vestirse de manera femenina o explorar su feminidad, el apoyo desaparece. De repente, las mismas personas que aplaudían a esos chicos cis miran al chico trans con sospecha y escepticismo. En vez de "valiente", te llaman "confundido"; en lugar de ser "auténtico", piensan que estás "perdido". A los chicos cis se les da la libertad de ser quienes quieran ser sin que su identidad sea cuestionada. A nosotros, los chicos trans, se nos somete a un escrutinio constante, como si cualquier atisbo de feminidad fuera una señal de que nuestra identidad no es válida.
Es desgarrador que para nosotros no exista el mismo espacio de libertad, que nuestra identidad dependa de una lista de expectativas que no aplican a nadie más. Si me visto de una forma que otros consideran femenina, mi identidad como hombre es rechazada. Se olvidan de que la identidad de una persona va mucho más allá de la ropa o el maquillaje. Las mismas personas que dicen que deberíamos “ser nosotros mismos” nos condicionan a encajar en sus ideas preconcebidas de lo que debería ser un hombre trans.
Es frustrante y agotador sentir que, en lugar de poder explorar quién soy, tengo que ajustarme a un molde para ser aceptado. La gente me coloca en una jaula de estereotipos y prejuicios de la que me es difícil salir. ¿Por qué mi masculinidad es menos válida? ¿Por qué mi identidad depende tanto de lo que llevo puesto, mientras otros pueden explorar sin miedo a perder el respeto?
Quiero que el mundo entienda que mi identidad es tan real y válida como la de cualquier otro. Quiero poder expresarme libremente, sin miedo a que mis decisiones en cuanto a cómo me visto se conviertan en armas para invalidarme. Al final del día, vestir con libertad debería ser un derecho, no un privilegio reservado solo a unos pocos.
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