Capitulo 1

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— Hija, levántate — escucho a mi madre gritar desde las escaleras.

— Ahora voy mamá— digo con sueño pero tengo que levantarme ya que hoy hago una semana en el trabajo.

Me levanto y me miró al espejo, parezco una loca salida de un hospital de psicópatas con los pelos que me llevo. Cojo mis toallas que están dobladas encima de una mesita y salgo de mi habitación.

— Asalamu 3alaikum hija— dice mi padre saliendo de su habitación.

— 3alaikum salam— le digo dándole un beso en la mejilla.

Sigo caminando por el pasillo y salen mis dos hermanos.

— Hay dios mío, parece que os habéis hechado medio litro de colonia — digo ya que estos hombres huelen a colonia que matan.

— Callante pequeñaja, que tu vas con esos pelos que pareces salida de una película de terror — dice Ayman, mi hermano mayor. Me pasa 3 años.

— Yo creo que hasta las de las pelis son más guapas y todo— dice Mohamed, mi segundo hermano mayor, me pasa 2 años.

Si queridos, soy la más pequeña.

— Hablaron los que van como vagabundos— digo y sigo caminando hasta que siento un golpe fuerte en la parte de atrás de la cabeza.

— Más tonta y no naces— dice mi hermano Mohamed.

— Papá, habla con estos animales — digo mirando a mi padre y agarrándome la cabeza con una mano.

— Dejar a vuestra hermana en paz y bajar a desayunar — dice mi padre y ellos solo asienten con la cabeza y bajan.
A veces mis hermanos se ponen modo locos pero realmente son chicos con buen corazón, aunque a veces conmigo se ponen un poco demasiado protectores pero bueno.

Les miro y les hago una mueca, esque soy la niña de papá y eso nadie me lo niega.

Entro al baño, me ducho, hago el wudu, me lavo los dientes y voy a mi habitación . Rezo y busco algo que ponerme. Terminó eligiendo una abaya verde oscuro y un hijab negro. Quedaría algo así.

Y bajo a desayunar

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Y bajo a desayunar. Nos juntamos los 5 en la mesa. Y mi queridísima madre había hecho los bollitos que tanto me gustan.

— Te amo— le digo dándole un beso en la frente y ella me sonríe.

Al terminar de desayunar ayudó a mi madre a recoger la mesa ya que aún quedaba un buen rato para irme.
Seguimos recogiendo y veo que ya es la hora de salir.

— Adiós — grito mientras salgo y al darme la vuelta veo a los dos animales de la casa.

— Vamos, que vamos a llegar tarde — dice Ayman.

Por cierto, yo trabajo en una tienda de ropa de dependienta y Mohamed trabaja de segurata en la misma tienda que yo y mi hermano Ayman trabaja en la tienda de al lado como segurata.

Fi amani Allah Donde viven las historias. Descúbrelo ahora