El día de la competencia llegó por fin. El gimnasio estaba lleno de estudiantes y padres, todos ansiosos por ver el enfrentamiento entre las dos academias.
Félix y los demás habían esperado este día con ansias. Habían trabajado muy duro para la competencia.
El gimnasio palpitaba con energía. Los focos iluminaban el escenario, creando un ambiente eléctrico. La Academia de Danza Élite estaba lista para darlo todo en la competencia contra Stellar. El equipo, liderado por Félix, Hyunjin, Jisung y Minho, se encontraban en los vestidores, preparándose para su presentación.
La tensión era palpable. Cada uno de los bailarines sentía la presión de representar a su academia. Félix, el corazón latiéndole a mil por hora, ajustaba su vestuario. A pesar de la emoción, una sombra de duda se cernía sobre él. Últimamente, se había sentido cansado y débil, pero había atribuido esos síntomas al estrés de la competencia.
La Academia de Danza Élite estaba a rebosar. El ambiente era eléctrico, cargado de expectación. Esta noche era la noche que todos habían estado esperando: la gran final contra la Academia Stellar. Los bailarines de Élite, encabezados por el carismático Félix, estaban listos para darlo todo.
Félix, con una sonrisa nerviosa, se colocó en su posición inicial. A su lado, Hyunjin y Minho se intercambiaron una mirada de comp OKIlicidad. Habían dejado atrás sus diferencias y ahora eran un equipo unido. La música comenzó a sonar, una pieza intensa y llena de energía que invitaba al movimiento.
Los bailarines de Élite se movían con una sincronía perfecta, cada gesto, cada salto, cada giro, ejecutado con maestría. Félix, el centro de atención, deslumbraba con su gracia y su carisma. El público estaba extasiado.
Pero a medida que la rutina avanzaba, Félix comenzó a sentirse débil. Un sudor frío le recorría la espalda y sus piernas temblaban. Intentó ignorarlo, concentrándose en los movimientos, pero la sensación de mareo se intensificó.
Cuando llegó el momento de su solo, Félix se sintió como si estuviera flotando. Sus movimientos se volvieron lentos y torpes. El público, que hasta ese momento lo había ovacionado, comenzó a murmurar.
De repente, Félix perdió el equilibrio y se desplomó al suelo. Un silencio sepulcral envolvió el gimnasio. Sus compañeros corrieron hacia él, sus rostros pálidos de preocupación.
Hyunjin y Minho se arrodillaron a su lado, sus corazones latiendo a mil por hora. Félix estaba pálido como una sábana y su respiración era superficial.
—¡Alguien llame a una ambulancia!- gritó Minho, su voz temblorosa.
Mientras esperaban a los paramédicos, Hyunjin y Minho se turnaron para sostener la cabeza de Félix y hablarle en voz baja. —Félix, por favor, despierta-suplicó Hyunjin, sin poder contener las lágrimas.
Minho tomó la mano de Félix y la apretó con fuerza. —Todo va a estar bien Lixxie, te lo prometo.
Cuando llegaron los paramédicos, estabilizaron a Félix y lo colocaron en una camilla. Hyunjin y Minho no se separaron de su lado ni un segundo. Fueron trasladados al hospital más cercano, donde Félix fue ingresado de urgencia.
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En la sala de espera, Hyunjin y Minho se sentaron en silencio, sus mentes inundadas de preguntas y miedos. ¿Qué le había pasado a Félix? ¿Estaría bien?
Un médico los llamó a una sala aparte.
—Lamento decirles que Félix ha sido diagnosticado con una enfermedad grave- dijo el médico, su voz grave. Necesita una cirugía urgente.Hyunjin y Minho se miraron con los ojos llenos de lágrimas. No podían creer lo que estaban escuchando. Su amigo, el bailarín lleno de vida, estaba enfermo.
—Pero no pierdan la esperanza-continuó el médico. "Con el tratamiento adecuado, Félix tiene muchas posibilidades de recuperarse.
Hyunjin y Minho se aferraron a esas palabras como si fueran un salvavidas. Sabían que tenían que ser fuertes por Félix.
Mientras esperaban noticias de la cirugía, Hyunjin y Minho recordaron todos los momentos que habían compartido con Félix. Las risas, las lágrimas, los sueños. Se dieron cuenta de lo mucho que significaba Félix para ellos.
Y aunque el futuro era incierto, una cosa era segura: estarían allí para apoyar a Félix en cada paso del camino.
En la sala de emergencias, los médicos trabajaron febrilmente para estabilizar a Félix. Hyunjin y Minho esperaban afuera, sus corazones latiendo con fuerza. Cada segundo parecía una eternidad.
Finalmente, un médico salió de la sala de examen. —Sus padres ya están en camino. Por ahora, está estable.
Hyunjin y Minho se miraron con los ojos llenos de lágrimas. Estaban más calmados.
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Los días que siguieron fueron los más difíciles de sus vidas. Félix permaneció inconsciente en la unidad de cuidados intensivos. Hyunjin y Minho visitaban el hospital todos los días, esperando alguna señal de mejoría. Jisung y los demás miembros del equipo de Élite también venían a ofrecer su apoyo.
Un día, mientras estaban sentados junto a la cama de Félix, el médico les dio la noticia que temían: Félix tenía cáncer. El tumor estaba presionando un nervio importante, lo que había causado su desmayo.
Hyunjin y Minho lo abrazaron, llorando desconsolados. No podían creer lo que estaban escuchando. Félix, su querido Félix , estaba luchando contra una enfermedad tan terrible.
A pesar de la devastadora noticia, no se dieron por vencidos. Decidieron luchar juntos contra el cáncer. El equipo de Élite se convirtió en su mayor fuente de apoyo, organizando eventos para recaudar fondos para su tratamiento y visitándolo en el hospital con frecuencia.
Félix, aunque débil, se mostró valiente y optimista. Sabía que tenía una larga batalla por delante, pero también sabía que no estaba solo. Tenía a sus amigos y a su familia a su lado, y eso le daba la fuerza para seguir adelante.
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I LOVE YOU
RandomAmar en silencio es como llevar una piedra en el corazón. Y más aún cuando esa piedra es tu mejor amigo. Minho lo sabía bien. Desde hacía tiempo, sentía algo más que una simple amistad por Félix, pero el miedo a perder su valioso vínculo lo mantenía...