Minho entró en la habitación del hospital, cargado de globos coloridos y un libro de cuentos. Félix estaba recostado en la cama, conectado a varias máquinas, pero su rostro se iluminó al ver a su amigo.
-¡Minho!- exclamó Félix con una débil sonrisa. -No tenías que venir.
-Claro que tenía que venir- respondió Minho, acercándose a la cama. -Te extrañamos mucho en el equipo.
Minho colocó los globos en un jarrón y dejó el libro en el buró. -Traje tu libro favorito. Pensé que te podría ayudar a distraerte un poco.
Félix tomó el libro con cuidado y lo abrió.
-Gracias, Minho. Pero siento mucho haber arruinado la competencia.Minho se sentó en la silla al lado de la cama y tomó la mano de Félix. -No fue tu culpa, Félix. Nadie esperaba que esto pasara. Lo importante es que estás aquí y que vas a estar bien.
Félix negó con la cabeza. -Me siento como un inútil. No pude ayudar al equipo.
-No digas eso.-interrumpió Minho.-Tú eres el mejor bailarín que conozco. Y eres un gran amigo. Todos te queremos mucho.
Félix sonrió-Recuerdo cuando era pequeño y solía bailar en la sala de estar.-dijo Félix, con un tono nostálgico.-Nunca pensé que llegaría a ser un bailarín profesional.
-Y mira todo lo que has logrado-dijo Minho.- Eres una inspiración para todos nosotros.
Siempre lo serás, sin importar lo que pase.Félix cerró los ojos y respiró profundamente. Se sentía abrumado por el amor y el apoyo de Minho. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero con sus amigos y familia a su lado, se sentía más fuerte que nunca.
El tiempo parecía detenerse en la habitación de hospital. Félix y Minho se habían sumergido en una conversación tranquila, llena de recuerdos y confidencias. Sin embargo, una sombra de preocupación se había instalado en el corazón de Félix al notar la ausencia prolongada de Hyunjin.
-Minho, ¿sabes dónde está Hyunjin?- preguntó Félix, su voz apenas un susurro.
Minho frunció el ceño. -No, la verdad es que no. Pensé que vendría a verte.
Un silencio incómodo llenó la habitación. Félix bajó la mirada hacia sus manos entrelazadas con las de Minho. -Quizás esté ocupado con algo importante.
Minho asintió con la cabeza. - Debe estarlo. Pero no te preocupes. No creo que Hyunjin dejaría de venir a verte por nada. Tal vez venga después.-dijo fingiendo una sonrisa. Estaba celoso del preocupamiento de Félix por Hyunjin.
Félix trató de sonreír, pero su expresión se volvió triste.-No quiero que se preocupe por mí. Ya tengo a alguien como tú a mi lado.
Minho apretó la mano de Félix con fuerza.
-Félix, tú eres mi mejor amigo y sabes que te quiero. Estaré contigo siempre, pase lo que pase.Los ojos de Félix se llenaron de lágrimas.
-Gracias, Minho. Yo también te quiero mucho.Minho se acercó a Félix y lo abrazó con fuerza. Félix se aferró a él, sintiendo una sensación de paz y seguridad que nunca antes había experimentado.
En ese momento, Félix se dio cuenta de lo afortunado que era de tener a amigos como Hyunjin y Minho. A pesar de los desafíos que enfrentaba, sabía que no estaba solo.
Los minutos se convertían en horas. Minho no lo dejaba solo ni un instante, leyéndole en voz alta pasajes de su libro favorito, contándole historias de sus aventuras juntos y simplemente sentándose a su lado en silencio.
La tarde se desvanecía y la habitación del hospital comenzaba a oscurecerse cuando Minho notó que Félix se estaba quedando dormido. Acarició suavemente su cabello y le susurró: -Descansa, Félix. Todo estará bien.
Félix abrió los ojos y sonrió débilmente.
-Gracias, Minho. Por todo.Minho tomó su mano. -No tienes que agradecerme, Félix. Eres mi mejor amigo. Te amo.
Félix se quedó mirando a Minho fijamente. Un brillo intenso apareció en sus ojos. -Yo... también te quiero, Minho. Más de lo que puedes imaginar.
Minho sintió un nudo en la garganta. Nunca antes había escuchado a Félix expresarle sus sentimientos de esa manera. Se inclinó y lo besó suavemente en la frente.
-Siempre estaré contigo, Félix-prometió Minho.-Pase lo que pase.
Félix asintió con la cabeza, cerrando los ojos. Minho lo abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo. En ese momento, se dio cuenta de lo afortunado que era de tener a Félix en su vida.
Justo cuando Minho se estaba preparando para irse, la puerta de la habitación se abrió y entró una enfermera. -Disculpe, pero se acabó la hora de visitas
Minho se levantó a regañadientes y se despidió de Félix. -Te veré mañana, ¿de acuerdo?
Félix le sonrió. -Hasta mañana, Minho.
Cuando Minho se fue, Félix se quedó mirando la puerta, pensando en todo lo que había pasado. Se sentía abrumado por las emociones. ¿Qué era este nuevo sentimiento que sentía al estar con Minho? Se estaba enamorando o simplemente ya estaba enamorado.
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La tarde se filtraba por las ventanas del hospital, creando una atmósfera cálida y reconfortante. Félix, recostado en su cama, observaba a Hyunjin con una sonrisa suave. Este último, nervioso, había decidido ir a visitar a Félix y aprovechar el momento para confesar los sentimientos que llevaba guardados por tanto tiempo.
-Félix.-comenzó, su voz apenas un susurro
-hay algo que quiero decirte... Desde hace mucho tiempo he sentido algo muy fuerte por ti. No sé cómo explicarlo, pero... me gustas mucho, Félix.Un silencio tenso llenó la habitación. Félix, sorprendido, buscaba las palabras adecuadas para responder. Antes de que pudiera hacerlo, la puerta se abrió ligeramente y una figura se asomó por la rendija. Era Minho. Su rostro, normalmente sereno, reflejaba una mezcla de sorpresa y tristeza. Sin ser visto, se alejó lentamente de la puerta, cerrándola con suavidad.
Mientras tanto, Minho se apoyaba contra la pared del pasillo, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. Un dolor agudo le oprimió el pecho. Siempre había sabido que Hyunjin gustaba de Félix, pero nunca se había imaginado que sus sentimientos fueran tan profundos y mucho menos que se los confesaría.
Al darse cuenta de que había sido un testigo involuntario de la confesión, Minho sintió como si le hubieran arrancado un pedazo del corazón. Se sentía traicionado, no por Hyunjin, sino por sus propios sentimientos.
Con pasos pesados, se alejó del hospital, sumergiéndose en sus propios pensamientos. Necesitaba tiempo a solas para procesar todo lo que había sucedido.
Félix, ajeno a la presencia de Minho, continuaba mirando a Hyunjin. -Hyunjin, yo...- comenzó a decir, pero sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta.
Hyunjin interpretó el silencio de Félix como una negativa. Sintió como si un peso enorme se posara sobre sus hombros. -Lo entiendo, Félix. No te preocupes por mí. Solo quería que lo supieras.
Félix se sintió mal por lastimar a su amigo.
- Hyunjin, tú eres una gran persona. Te aprecio mucho.Hyunjin asintió con la cabeza, tratando de ocultar su decepción. -Gracias, Félix.
En la habitación, Félix y Hyunjin continuaron hablando, pero la atmósfera ya no era la misma. Hyunjin se sentía incómodo y decidió retirarse.
-Te veré mañana, Félix.-dijo, antes de salir de la habitación.
Félix se quedó solo, reflexionando sobre lo que había sucedido. Se sentía culpable por haber lastimado a Hyunjin. Pero amaba a Minho y no podía corresponder al amor de Hyunjin.
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I LOVE YOU
RandomAmar en silencio es como llevar una piedra en el corazón. Y más aún cuando esa piedra es tu mejor amigo. Minho lo sabía bien. Desde hacía tiempo, sentía algo más que una simple amistad por Félix, pero el miedo a perder su valioso vínculo lo mantenía...