El regreso a Hogwarts se sintió irreal después de los eventos en la Mansión Malfoy. Las paredes de piedra y los pasillos familiares de la escuela eran un alivio y una fuente de confusión para Hermione. La seguridad de los días comunes parecía una ilusión, rota por las revelaciones sobre sus orígenes y la misteriosa deuda que su familia había pagado con ella como precio. Draco, que la había acompañado de vuelta, mantenía una distancia visible durante las clases y en los pasillos, aunque Hermione podía sentir su mirada en ciertos momentos.
Esa tarde, en la biblioteca, Hermione trataba de concentrarse en sus notas de Pociones, pero la preocupación la distraía. Su mente volvía una y otra vez a las palabras de Lucius, al frío que había sentido al comprender lo que significaba para los Malfoy. Justo en ese instante, una sombra familiar se sentó frente a ella, y cuando levantó la mirada, encontró los ojos grises de Draco.
-No te he visto mucho por aquí -comentó Draco en voz baja, con un tono algo más suave de lo habitual. Ella apenas asintió, insegura de qué decir. Era raro tener a Draco tan cerca en un ambiente tan cotidiano, uno que hasta hacía poco había sido el sitio de sus habituales debates.
Sin embargo, antes de que pudiera responder, Harry y Ron llegaron, tomando sus asientos a su lado sin notar a Draco al principio. Ron se quejó de la tarea, mientras Harry revisaba un libro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Draco permaneció en silencio, como si evaluara el momento, hasta que, con una leve sonrisa, les lanzó una mirada desafiante.
-¿Potter? Weasley? -saludó Draco con una mezcla de sarcasmo y algo más amistoso.
Ron entrecerró los ojos. -Malfoy, ¿qué haces aquí?
Antes de que la situación pudiera escalar, Hermione levantó una mano. -Estamos trabajando en algo juntos -dijo ella, logrando que Ron y Harry se calmaran, aunque el escepticismo aún era evidente en sus rostros.
La tarde continuó, y los tres trabajaron en silencio, pero de vez en cuando Draco y Hermione intercambiaban miradas que ninguno de sus amigos parecía notar. Cada vez que la situación entre ambos se tensaba o parecía más de lo necesario, Draco volvía a llamarla "Granger" con el tono burlón de siempre, como una forma de restablecer la barrera que les quedaba por cruzar.
Poco después, Pansy apareció en la biblioteca, lanzándole a Hermione una sonrisa tenue. -Hermione, ¿podemos hablar? -pidió, y Hermione notó la mirada intrigada de sus amigos al escuchar a Pansy usar su nombre de pila.
Hermione asintió, recogiendo sus cosas. Ron y Harry la miraron, claramente extrañados de la situación.
-Voy enseguida, chicos -les dijo, esperando que con eso fuera suficiente para detener sus preguntas.
Hermione siguió a Pansy hacia un rincón apartado de la biblioteca, donde se aseguraron de que nadie las escuchara. Pansy se apoyó en una de las estanterías, cruzando los brazos. Tenía esa expresión estoica que a veces compartía con Draco, pero había algo en su mirada, una inquietud que no lograba ocultar.
-¿Cómo has estado? -preguntó Pansy, su tono mostrando una sinceridad que sorprendió a Hermione.
-Confusa, y... cansada -admitió Hermione, suspirando. Era extraño, pero a pesar de la rivalidad que habían tenido durante años, hablar con Pansy en ese momento se sentía natural. Quizás por lo que compartían, o por la conexión que, en silencio, habían comenzado a formar como hermanas.
Pansy asintió, como si entendiera perfectamente a qué se refería. -La última vez que hablamos con Lucius, supe que tenía que seguir buscando respuestas. Me temo que solo hemos arañado la superficie de esta historia, Hermione. Lucius no dirá más, pero sé que en Hogwarts hay registros antiguos de cada familia de sangre pura... incluyendo la nuestra.
ESTÁS LEYENDO
Las Sombras De La Sangre
Fanfiction"En lo más profundo de la mente, los oscuros secretos del pasado emergen como sombras inquietantes, susurrando historias que preferiríamos olvidar. Revelaciones olvidadas asoman a la superficie, trayendo consigo la amenaza de miedos latentes que se...