― Joder, estoy muriendo por ti, Leona
Sus párpados se cerraron instintivamente y sus manos buscaron su rostro. Él inhalo el aroma de su cuello, acariciando sus caderas, deslizando sus manos arriba y abajo de su cintura.
-"Sus manos, oh Dios, sus manos."-La tocaba como si la poseyera, y ella quería darle todo. Malfoy aun llevaba puesto el traje negro con los botones del cuello de la camisa blanca desabrochados. Estaba pegada a su cálido y fuerte pecho. Era el paraíso. Por primera vez podía oler colonia en su piel.
Dios Santo, olía tan bien. Se lo quería comer.
Echó la cabeza hacia atrás para poder ver su atractivo rostro. Sus ojos estaban entornados, como hierro derrito y tormentoso, y su mandíbula tensa.
Lentamente, alzó su rostro para presionar los labios contra los suyos, un pequeño beso. Saboreando la calma antes de la tormenta que provocarían sus cuerpos al chocar. El apoyó su frente contra la suya, pasando sus manos por su pelo, explorando lentamente su pecho, su cintura, sus caderas.
Malfoy pasó su pulgar sobre su labio inferior, y ella lo atrapó con su boca, gimiendo y mirándole fijamente mientras lo hacia. Pudo ver como brillaba el fuego en su mirada, y él se lamio los labios. Emitió un sonido profundo y gutural, como si se hubiera disparado una bala, dando por comenzada la carrera para ver qué era todo lo que sus cuerpos podían hacerse mutuamente.
Hermione desabrochó su camisa y la deslizó por sus hombros, pasando sus manos por los suaves y marcados músculos de sus brazos. El tiró la camisa al suelo y la presionó contra la pared de su dormitorio, besándola con fuerza, prácticamente gruñendo como si fuera un animal, para después dejarse caer sobre sus rodillas y desaparecer bajo su falda.
Le bajó las bragas y Hermione solo pudo pensar "que ni en un millón de años pensó estar así con Draco"
Notó como su pulgar rozaba su clítoris, y entonces él le sujetó el culo, deslizando una mano alrededor de uno de sus muslos para colocarla sobre su hombro. Primero lamió y después mordió el interior de su muslo, para después proceder a hacer con su lengua mil maravillas que jamás había sentido.
Totalmente desnuda, a excepción de una simple cadena de oro, Hermione se arrastró de espaldas hasta la cabecera de la cama para apoyar su cabeza sobre la almohada, y él agarró sus tobillos para unirse a ella en la cama.
Se movían en sintonía, como si estuvieran representando una coreografía, sus ojos clavados en él todo el tiempo. Se dejó caer sobre el colchón lentamente, y su castaño cabello, largo y rizado se esparció sobre las sábanas rojas, enmarcando su hermoso cuerpo y rostro.
Por primera vez en su vida, se había quedado jodidamente mudo. Sin palabras.
Solo era capaz de tocar, besar, mirar. Draco la acarició desde sus tobillos hasta sus rodillas, separándolas y arrodillándose entre ellas. Ella le miraba con atención, moviéndose un poco, agarrando las sábanas, perdiendo el control; la anticipación hacia que estuviera tensa e inquieta. Pero él también lo estaba. Cada célula de su cuerpo luchaba por estar en contacto con su piel, y debía de estar loco al haberle ordenado que alejase esa impresionante y mágica boca de su dolorosa polla, pero era casi demasiado.
Sus preciosos pechos y duros pezones le estaban llamando a gritos.
Bueno, no deberías ignorarlos, ¿no?, Hermione iba a descubrir exactamente cuánto le gustaban esas impresionantes tetas.
Merlin, sus tetas ahora serían su nueva obsesión.
Con ese pensamiento en mente, se acercó a ellas, masajeándolas mientras su lengua recorría y lamía su pezón. Succionó hasta que la hizo gritar, y mordisqueó su pecho para hacer que suspirara.
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Las Sombras De La Sangre
Hayran Kurgu"En lo más profundo de la mente, los oscuros secretos del pasado emergen como sombras inquietantes, susurrando historias que preferiríamos olvidar. Revelaciones olvidadas asoman a la superficie, trayendo consigo la amenaza de miedos latentes que se...