La mansión Malfoy, con sus altos muros de piedra y elegantes candelabros, una vez fue el símbolo de poder y unidad de la familia. Pero hoy, sus pasillos resonaban con un silencio tenso, como si la casa misma anticipara la tormenta que estaba por desatarse. Narcissa Malfoy, con el corazón latiendo con fuerza y la mente llena de recuerdos, cruzó el vestíbulo. La opulencia del lugar le parecía ahora fría y distante, un recordatorio de todo lo que había perdido.
Al entrar en el estudio, encontró a Lucius sentado detrás de su imponente escritorio de roble oscuro, la luz del sol filtrándose a través de las ventanas, iluminando su rostro marcado por la frustración. Estaba revisando documentos, pero su concentración se desvaneció al notar la presencia de Narcissa. Alzó la vista, y su mirada, fría como el acero, la atravesó.
-¿Qué es lo que quieres, Narcissa? -preguntó con un tono que no dejaba lugar a dudas sobre su desdén.
Narcissa respiró hondo, sintiendo el nudo en su estómago. Sabía que el divorcio estaba en marcha, y la traición de Lucius con Sombra Rosier había dejado cicatrices profundas en su corazón.
-Necesito hablar contigo -dijo, su voz temblando ligeramente, pero decidida.
-¿Sobre qué? ¿Sobre tu constante amenaza de divorcio? -replicó él, su tono sarcástico.
-Voy a ser abuela -anunció, dejando que las palabras cayeran pesadas entre ellos. La revelación flotó en el aire, cargada de significado.
La expresión de Lucius cambió instantáneamente; la incredulidad se transformó en furia. Se levantó de su asiento, el movimiento brusco haciendo que los documentos se deslicen al suelo.
-¿Abuela? ¿Y tú crees que eso me importa? -gritó, su voz reverberando en las paredes de la mansión-. ¿Qué hay de eso? Ese niña Parkinson no tiene su sangre pura y la dedua de sangré la va matar..-rie -
Narcissa sintió el impacto de sus palabras como un golpe. La rabia y el dolor se mezclaron en su pecho mientras se forzaba a mantener la compostura.
-No se trata de que te importe
,Lucius. Se trata de lo que es mejor para el niño. Hermione y Draco no quieren que estés cerca, y menos que le digas a los Parkinson que su hija tendrá un bebé -respondió, su voz firme a pesar del tumulto emocional.Lucius caminó hacia ella, su furia palpable, sus ojos chispeantes de indignación.
-¡No permitiré que me excluyan de la vida de mi propio nieto! -exclamó, su voz resonando como un trueno.
El aire se volvió pesado, y Narcissa se sintió atrapada en un rincón. Sabía que la situación era complicada, pero estaba decidida a proteger a su familia.
-Lucius, no quiero que este niño crezca en un ambiente de odio. La última cosa que necesita es una guerra entre familias -dijo, intentando apelar a su sentido de razón.
En ese momento, Sombra Rosier apareció en la puerta, su figura elegante y su prominente panza de embarazada de cinco meses dejaban claro que no había dudas sobre su relación con Lucius. Con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, se acercó, irradiando una confianza desafiante.
-¿Qué sucede aquí? -preguntó, cruzando los brazos con una actitud que desafiaba a Narcissa.
Lucius se volvió hacia Sombra, buscando su apoyo, pero la mirada de Sombra era calculadora y llena de desprecio hacia Narcissa.
-Narcissa acaba de informar que va a ser abuela -dijo él, su tono lleno de desdén.
Sombra miró a Narcissa con una mezcla de desdén y curiosidad.
-¿Y qué? Eso no cambia nada -respondió, su voz clara y firme-. No puedes dejar que un simple embarazo te distraiga de lo que realmente importa, Lucius.
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Las Sombras De La Sangre
Fanfiction"En lo más profundo de la mente, los oscuros secretos del pasado emergen como sombras inquietantes, susurrando historias que preferiríamos olvidar. Revelaciones olvidadas asoman a la superficie, trayendo consigo la amenaza de miedos latentes que se...