3:"Jawad Parks"

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— Que suertuda eres. — Dijo Leslie.

— ¿Por qué lo dices?

— Dos gemelos mirándote. Es nuestro segundo día en este pueblo y ya tienes gemelos observadores. Yo también quiero.

— ¿De qué estas hablando Les? — Me reí. — Seguro no me miraban a mí, tal vez tenía algo en el cabello.

— Tu cabello esta impecable, lo tienes sedoso y brillante. Debes prestarme tu acondicionador.

— Eres alérgica a él, ¿No recuerdas? — Les una vez uso mi acondicionador y resultó ser alérgica a él, le salió ampollas en toda su cabeza, fue horrible.

— Ese acondicionador debe llamarse "imán de gemelos".

Leslie no a dejado de hablar de esos gemelos desde que salimos del bar, y la verdad que no dejé de pensar en eso. Ósea, dos gemelos, dos, no uno, dos. Me estaban mirando y estoy segura que no estaba alucinando cuando el de sonrisa traviesa me guiño un ojo o cuando el de mirada tierna me regaló una sonrisa, y como toda chica tímida que soy, me puse colorada. Cuando salimos del bar casi caigo al suelo por no fijarme en el escalón que había en la entrada.

A pesar de eso, no puedo evitar sentirme nerviosa, estábamos caminando al colegio, al nuevo colegio. Sólo espero que me toquen todas las clases con mi mejor amiga. Espero hacer amistades rápido y no ser tan callada este año; sé que para Leslie no será difícil, ama conocer personas nuevas.

— ¿Ésa es la escuela?— Preguntó Leslie señalando al gran edificio con personas entrando por la puerta.

— No Leslie, es la casa de Obama. — Les me miró con cara de "Me estas jodiendo" —  ¡Es obvio que es la escuela! ¿No ves a las personas entrando con útiles escolares?

— Pues, perdón por no fijarme en ese pequeño detalle.

— A veces me preguntó, ¿Cómo es qué eres tan distraída?

— ¡Basta! — Arrugó su frente demostrando enojo, Leslie enojada en un día de clases no es para nada lindo.— Entremos antes de que te arranqué tu bello y sedoso cabello.

No dije ninguna palabra, cruzamos las dos juntas la calle fijándonos si venía algún vehículo, caminamos juntas hacia la entrada de la escuela.

— ¿Lista?— Le pregunté.

— Mejor que nunca.— Me contestó con una gran sonrisa.

Abrimos la gran puerta de color verde, ésta sólo rechinó cuando la abrimos, le hacía falta un poco de aceite. Cuando ya estábamos adentro todas las miradas se centraron en nosotras, algunas eran de rechazo, otras eran amigables y las otras simplemente miraban por mirar.

— Dios, odio esto.— Le susurré a Les.

— Tu sólo sonríe y sigue caminando.— Me dijo Leslie con una gran sonrisa en su cara.

Puse mi mejor sonrisa de comercial y seguí a Leslie hacia donde sea que se dirigía. Les caminaba como una modelo en un desfile de modas, y bueno, luego estaba yo, caminando como dinosaurio.

Soy normal... lo juro.

— Leslie, ¿A dónde vamos?

— A la Secretaría, dah.

— ¿Por qué?

— Necesitamos nuestros horarios, genia.

Cerré mi boca y seguí a Leslie. Cuando llegamos a la secretaria pedimos nuestros horarios.

— ¿Qué te toca a primera hora?— Le pregunté, lo único que rogaba era que nos toque juntas.

— Química, ¿a ti?

Cosa de gemelos.| Gemelos Harries.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora