Cosa de gemelos.| Gemelos Harries.

7:"Raro."

Empuje las puertas del colegio y empecé a caminar hacia mi departamento. Les debe estar asustada de seguro, saqué mi celular con la intención de mandarle un mensaje a mi mejor amiga. 

Por dios, tenía veinte mensajes y diez llamadas perdidas de Leslie y Jawad.

Ow, se preocuparon por mí... o tal vez sólo querían que de ida pasé comprando la cena.

Mientras le escribía un mensaje a Leslie diciendo que ya estaba yendo al departamento escuche pasos detrás de mí, me di la vuelta pensando que eran los gemelos siguiéndome, pero no había nadie, la calle estaba solitaria, los locales cerrados y una que otra casa con las ventanas cerradas. No son ni las once de la noche, no pueden dormirse tan temprano. Borro el mensaje no terminado y guardo el celular con miedo a que me lo robaran

Apresuró mis pasos temiendo a que algo me pasará. No quería morir tan joven, chicas tan hermosas como yo no nacen siempre... mejor olviden eso. 

El sonido de algo cayendo al suelo me hizo sobresaltar. El sonido fue seco y duro. Quede quieta en mi lugar sin mover un dedo, el sonido de los pasos volvió a escucharse, me di la vuelta con la esperanza que no haya nadie y que solo sea una imaginación creada por mi mente, pero no fue así, una persona vestida de negro se encontraba en la esquina, y yo me encontraba a solo dos metros de esa persona, no lo dude ni un segundo y empece a correr, el chico vestido de negro me siguió, eso hizo que mi corazón palpitara mas rápido. Corrí lo mas rápido que pude, no mire para atrás en ningún momento por temor al ver que estaba alcanzándome. Mis piernas ya dolían y mi velocidad iba bajando de nivel.

Mire para atrás... gran error. El chico ya no estaba pero yo seguía corriendo. No sé en que momento o como, pero choque con alguien cayendo al suelo de trasero.

¡Auch! 

— ¿Te encuentras bien?

Veía borroso.

¡QUEDÉ CIEGA! ¡MAMI AYUDA, NO VEO!

Oh... Solo me golpee la cabeza tan fuerte que me costaba abrirlos porque me dolía la cabeza.

— Ems... Solo me golpee la cabeza, pero graci... — Me aparte rápidamente de él al ver que era el que me seguía. Rubio, ojos azules, piel pálida, labios rosados, todo un dios griego...que me persiguió dos cuadras. — Aléjate de mí. — Me levanté rápidamente del suelo.

— Oh perdón, que maleducado soy.— Dijo.— Me llamo Nick.— Estiro su mano para que la estreche pero en vez de hacerlo retrocedí.— ¿Qué paso... Victoria? — Se acercó un paso hacia a mi y yo retrocedí otro.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — Pregunté retrocediendo, el rubio de ojos azules con la piel extremadamente pálida se acercaba a mi como si me fuera hacer algo. Tenía miedo. Mucho miedo.

— ¿Cómo no hacerlo? — Me respondió con otra pregunta. — Eres Victoria. La hija de Harry Venkishton.

— ¿Qué? — Pregunté perpleja. — Imposible, mi padre se llama Iván Moore.

El se rió como si le hubieran contado el chiste más gracioso del universo: — Tu padre es Harry Venkishton. Tú eres Victoria Venkishton. — Dijo serio.

— ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi? — Pregunté ya temblando del miedo.

— No interesa quien soy o que quiero. — Dio un paso. — Sólo sé que tengo que obedecer a mi amo.— Otro paso.— Y mi amo te quiere a ti. — Dio un paso mas quedando muy cerca de mi. — Debes venir conmigo.

— ¡Nunca iría contigo a ningún lado! — Le grité apartándome de el no sin antes escupir en su cara demostrando mi disgusto hacia el.

Y eso al parecer lo molestó.