•Capítulo 14: Solo mía•

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Sebastian Morelli.

Al principio no me agradaba la idea del código de vestimenta que había propuesto mi madre, ¿Quién cree que somos? ¿Los Bridgerton?

Pero supongo que ahora tengo que agradecerle, porque ese corsé le favorece tanto a Paula. Lleva un vestido azul con holán en sus hombros, un par de guantes del mismo color de su vestido y su cabello suelto.

Intento no perder la cordura mientras conduzco a la recepción, sus pechos en este momento son una gran distracción.

Llegamos a la recepción y dejo escapar el aire que estaba conteniendo cuando bajo del auto para abrirle la puerta.

Extiende su mano y baja con cautela. Si le colocara una tiara en la cabeza, luciría exactamente como una princesa de verdad.

Caminamos por la alfombra roja, y tomo su mano. Subimos una larga escalera y dos tipos en la entrada abren dos puertas de madera realmente grandes.

Al abrir me encuentro con cientos de invitados portando grandiosos atuendos, respetando el código de vestimenta que pidió mi madre.

Mi madre camina hacia a nosotros en cuantos nos ve entrar.

—¡Hijo!—dice, ilusionada—¡Paula!—toma sus manos y le da una vuelta cuanto levanta su brazo—luces perfecta, ¡te ves adorable!

Si... se ven adorables. Intento no caer ante la tentación una vez más.

—Iré por un trago—me excuso.

Camino hacia las mesas con bebidas y algunos bocadillos. Desde lejos puedo admirar a Paula, asombrada con la decoración. Mi madre la deja sola un par de segundos para saludar a otros invitados y sé que es momento de regresar a su lado. Aún le cuesta acostumbrarse a este tipo de eventos, pero al ser mi esposa es lo que le espera.

—Así que decidiste dar tu brazo a torcer y te casaste—dicen detrás de mí.

Reconozco su voz, Madisson.

—Maddie—sonrío forzadamente—no esperaba verte aquí.

—Tu padre le hizo la invitación al mío, están por concretar un negocio. Así que aquí estamos.

—Ya veo...—carraspeo.

—No creí que se llegaría el día en que decidirías contraer matrimonio—dice, tomando una copa con champagne de la mesa.

—Las cosas cambian bastante con el paso de los años.

—¿Estás enamorado de verdad?—me pregunta.

—Yo—titubeo—Si...

Se supone que por eso me casé, sería inútil decir que no.

—Vi sus fotografías en las redes sociales—dice con tristeza en sus ojos—ella es muy linda.

—Si. Paula es muy linda.—respondo.

—Me da gusto que por fin te hayas dado cuenta de que el amor si existe, Morelli. ¿Nos vemos después?

Doy un "si" por respuesta y la pierdo entre los invitados.

Tomo dos copas. Una para Paula y otra para mí. Cuando Madisson se marcha de mi lado aparece Lauren y me arrebata una de las copas. La toma entre sus dedos y choca nuestras copas, lo próximo que hace es beber el líquido de la copa y fijar su mirada en mí.

—Salud—dice, con una sonrisa.

—No sabía que estabas invitada—respondo.

—Mis padres son inversionistas de tu empresa, sería un crimen que no nos invitaran, ¿no crees?

"El caos que somos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora