24. El evento de Fanta

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El evento de Fanta estaba en pleno auge cuando llegamos. El lugar era una mezcla de luces de neón, pantallas gigantes y todo el merchandising de la marca que te pudieras imaginar. Era un paraíso para los fanáticos de los videojuegos y los influencers que nos rodeaban.

Aunque no para mí.

Nada más entrar, noté que el ambiente era frenético, con youtubers y streamers saludándose y el público animando en cada esquina. Al instante, me sentí fuera de lugar. Todo esto me parecía un mundo ajeno, pero Borja me dio un golpecito en el hombro para recordarme que no estaba sola.

— Relájate, Helena. — dijo con una sonrisa tranquilizadora. — Es solo un evento. Disfruta. — siempre tan atento de los de su alrededor, era casi como el padre de todos.

Suspiré, intentando contagiarme de su entusiasmo, pero mis pensamientos no dejaban de volverse hacia lo que Krufy me había insinuado la noche anterior sobre Adrián, quien había insistido en venir.

Lo veía un par de metros delante de mí, hablando con un grupo de chicos desconocidos para mí. De vez en cuando, sus ojos se dirigían hacia mi persona, como si supiera que estaba mirándolo. Me daba rabia admitir que su actitud me afectaba, pero cada vez que nuestras miradas se cruzaban, sentía una mezcla de tensión y emoción difícil de ignorar.

Dani se acercó y me pasó un refresco de Fanta de naranja bien frío, rompiendo el silencio que se había generado en mi entorno.

— Te ves tensa. — dijo susurrando, observándome. — Vamos, relájate un poco. Esto es una oportunidad para despejarte, ¿recuerdas? Si me necesitas, estaré en una de las mesas jugando. Sabes que me quedaría contigo, pero tengo que trabajar.

Le sonreí agradecida. Mi hermano siempre sabía cómo tranquilizarme. Su presencia me calmaba, y en medio de tanto alboroto, él era mi refugio. Sin embargo, no dejaba de pensar en Adrián y en cómo todo era mucho más complicado cuando él estaba cerca. Más cuando cada uno de mis amigos tenía una función aquí menos yo.

¿Dónde se habría metido Lili? Era la única razón por la cual había aceptado venir, pero le había perdido totalmente de vista desde que llegamos.

— ¿Eres Helena, verdad? — una voz masculina me hizo volver a la realidad, al girarme vi a tres chicos que me sonaban demasiado. Al ver mi cara de confusión, continuó hablando. — La hermana de Plex, ¿no? Somos Misho, Nil y yo, Guanyar, de la fiesta en casa de Plex hace unas semanas.

Ahí es cuando recordé todo, les abrí yo la puerta y fueron realmente simpáticos aquella noche, incluso intercambié un par de frases más con ellos.

— ¿Cómo estáis, chicos? — les saludé con dos besos a cada uno. — ¿Vais a jugar también en el evento? Por ahí debe de estar Plex. — qué raro se me hacía llamarle así.

— Más o menos. — esta vez habló Nil. — Otros tipos de juegos, no nos van mucho los videojuegos.

— Oye, que a mí sí.

— Calla, Guanyar, o te llevas un caracu. — intervino Misho riendo y haciéndonos una clara demostración de lo que era un "caracu". Definitivamente se lo haré a Jopa en cuanto le vea.

— ¿Y qué tipos de juegos haréis? — mi pregunta fue tan solo por sacar algo de conversación, prefería esto a estar sola todo el rato, además ellos eran divertidos y cercanos.

— ¿Vienes y te lo enseñamos?

— ¿Yo puedo? — no soy experta en este tipo de eventos, pero creo que los invitados de los influencers poco pintamos a la hora de interactuar.

Señor, dame paciencia | AdridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora