10. ¿Fiesta?

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Ya era sábado, aunque en esta cama todos los días había dormido plácidamente, hoy no había sido así. Tuve toda la noche pesadillas, pero ya no las recuerdo. Por lo que me levanté con mal cuerpo. El día relajante de spa de ayer había servido de poco.

Eso hizo acordarme que tenía una conversación pendiente con mi hermano.

Conseguí desperezarme al cabo de una hora. Los tiktoks me absorben demasiado. Además, no tenía ganas de salir hoy de mi habitación. No quería cruzarme con Adrián. No vamos a mentirnos.

Mi cara de malhumor se podía notar desde la luna. Hasta que me encontré con una persona que me arrancó una sonrisa.

– ¡Buenos días! – me dijo alegre en cuanto pisé el salón y vino a darme un abrazo muy reconfortante. – Ayer no te vi en todo el día. – apretó más el abrazo.

Me encantaba rodearme de buenas energías, por lo que Archie era la persona ideal a la que necesitaba ver. Y no lo sabía hasta que me estaba estrujando en sus brazos.

– Mi hermano me tendió una trampa y estuve todo el día ocupada. – reí por su cara de confusión. – No te preocupes. Ya soy una chica libre.

Justo en ese momento vi a Dani salir hacia el jardín. Era mi oportunidad. Me disculpé con Archie y fui corriendo a interceptarle.

– ¡Tú, traidor! - se giró rápidamente.

Obvio se giró porque sabe que es un traidor. No porque estuviese gritando y él fuese la única persona ahí.

– Qué palabras tan bonitas de buena mañana. – ironizó con una sonrisa de burla, sabiendo perfectamente el motivo. – Sabes que lo hice por vuestro bien...

Yo creo que vivimos en mundos paralelos. Porque no me lo explico sino.

– Me llevaste engañada a un spa todo el día con la persona que peor me cae del mundo. – le recriminé. A ver si diciéndoselo así, podía ver la gravedad del asunto.

– Pero, no fue tan mal, ¿no? – intentó quitarle hierro al asunto. Pero hierro lo que le iba a estampar yo en la cabeza.

– ¿De dónde sacas esas conclusiones? – pregunté ya enfadada.

– Adri lo dijo ayer cuando os subisteis al coche. – le miré incrédula. No es normal que se tome todo tan literal. – Lo hago para que os llevéis bien.

– No puedes movernos como marionetas a tu gusto y antojo. – me crucé de brazos. Le pareció súper gracioso lo que dije, porque le sacó una carcajada.

– Estás exagerando...

– Mira, da igual, paso ya del tema. Pero me debes una muy grande. – le amenacé señalándole con el dedo índice.

Una se tiene que poner ya a malas para que le hagan caso.

– Vale, vale... – respondió riendo ante mi amenaza. – Pero acuérdate, algún día me lo agradecerás. – sentenció. Me dio un beso en la cabeza y salió de casa.

Quien me tiene que agradecer es él, que no ha salido en las noticias el titular de que su hermana se ha cargado a su mejor amigo.

Volví en busca de Archie. O de cualquier ser vivo que quisiese hacerme compañía en el día de hoy.

Me encontré a Krufy en medio del pasillo con el móvil.

– Qué pasa, Krufy. – saludé al moreno para llamar su atención. Alzó la vista de la pantalla y me sonrió.

Señor, dame paciencia | AdridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora