★{ Un alma como la tuya }★💜NxUzi💛 MD.AU

18. Eres mía

Ya que Azrael lo hizo, seré explícito con su escena.
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La noche era fría y el viento susurraba entre los árboles, creando un eco casi fantasmal. Uzi caminaba por el sendero empedrado del jardín trasero de la mansión, buscando algo de claridad entre los pensamientos que la atormentaban desde aquella noche en la biblioteca. Sabía que había algo más, algo sin resolver, y sentía que se avecinaba.

-¿Pensaste que podrías escaparte sola? -La voz familiar de N llegó detrás de ella. Al darse la vuelta, lo encontró de pie, sus ojos dorados resplandeciendo en la penumbra.

-No exactamente -respondió, dedicándole una pequeña sonrisa que no alcanzaba a disimular su nerviosismo-. Solo necesitaba... pensar.

N asintió, avanzando hasta estar a su lado. El silencio se instaló entre ellos, pero ambos sabían que era solo cuestión de tiempo antes de que fuera interrumpido. Y así fue.

-Qué escena tan conmovedora. -La voz de Azrael rompió el silencio, suave y venenosa, mientras emergía de las sombras con su habitual elegancia seductora. Sus ojos rojos parecían más intensos que nunca, brillando con una fascinación peligrosa al posar su mirada en Uzi-. Realmente pensé que podrías darle algo más que sólo una confesión.

N suspiró, cansado de las constantes apariciones del demonio. Azrael, continuó avanzando, cada paso intencionado, como si la atracción que intentaba imponer fuera inevitable.

- Entonces... ¿Te atrae la oscuridad, Uzi? -preguntó Azrael con una media sonrisa-. Después de todo, aquí estás, rodeada de ella.

Uzi sintió un escalofrío ante su tono, pero se obligó a mantener la compostura. Estaba cansada de los juegos de Azrael, pero su persistencia le hacía pensar que había algo más en sus intenciones. Sin embargo, antes de que pudiera responder, N se interpuso, colocando un brazo protector delante de ella.

-Aleja tus manos de ella, Azrael. No me importa cuántas veces lo intentes; no te pertenece -espetó, con una firmeza que no admitía réplica.

Azrael soltó una risa baja y peligrosa, y sus ojos recorrieron a N con una calma calculada.

-¿No es curioso? -dijo Azrael, en tono burlón, con una chispa de desafío en los ojos-. Hablas como si fuera tuya, pero... -se volvió hacia Uzi con una sonrisa ladeada- todavía no veo ninguna marca que lo confirme.

Sus palabras se sintieron como un veneno, una provocación calculada, y Uzi notó cómo la tensión entre ellos aumentaba. Azrael estaba jugando, tentando a N, incitándolo a responder a cada insinuación.

-Dime, ¿por qué no haces algo al respecto, Noe? -prosiguió Azrael, en un tono casi burlón-. ¿O acaso temes que ella prefiera algo diferente? Al final, soy yo quien puede ofrecerle verdadera libertad, sin esas ridículas cadenas de lealtad.

La expresión de N se endureció, y la paciencia que hasta entonces había intentado mantener se desmoronó.

-Azrael -pronunció, con una firmeza tan helada que ningún humano sería capaz de comprender-. Tu presencia aquí no es bienvenida. Uzi no es un objeto que puedas manipular a placer para satisfacer tu naturaleza despreciable. Ella ya ha soportado demasiado.

Azrael dejó escapar una risa baja y sinuosa, sus labios dibujando una sonrisa que contenía una amenaza velada.

-Oh, no parecía pensar eso antes. ¿O será que temes que ella no desee ese lazo contigo... después de todo?