Trance

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Pate 2

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Pate 2.

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15 de mayo 1893

El sol de la mañana iluminaba la mansión Doorman, y desde mi lugar en la biblioteca, podía oír a Nuri reír a carcajadas en el jardín. Su risa era como un viento juguetón que se colaba por las ventanas, lleno de vida y energía, un sonido que nunca dejaría de asombrarme. Cerré el libro que había estado hojeando y me dirigí al jardín, siguiendo los ecos de su alegría.

Allí estaba, corriendo alrededor de Uzi, con las sombras de los árboles siguiéndola como si fueran un manto viviente. Su velocidad era algo que nunca dejaba de asombrarnos; en un abrir y cerrar de ojos, pasaba de un lado del jardín al otro, riéndose como si todo fuera un juego.

—¡Nuri! —exclamó Uzi, tratando de mantener su tono severo, aunque sus labios traicionaban una leve sonrisa. —Te dije que no usaras tus habilidades para escaparte de mí.

Nuri se detuvo de golpe, sus ojos bicolor brillando con un destello de picardía.

—Pero no me escapé, mamá. Solo quería enseñarte esto.

Con un movimiento de sus pequeñas manos, las sombras a su alrededor cobraron vida, danzando como si estuvieran sincronizadas con el viento. Uzi cruzó los brazos, observándola con una mezcla de orgullo y cautela.

—Eso es impresionante, cariño, —dijo, aunque su tono era cuidadoso. —Pero recuerda, estas cosas requieren práctica y responsabilidad.

—¡Sí, mamá! —respondió Nuri, antes de volverse hacia mí. —¿Verdad, papá?

Sonreí y me arrodillé junto a ella.

—Tu madre tiene razón. Las sombras son como animales salvajes. Si no las dominas, pueden volverse contra ti.

Ella asintió, aunque parecía más interesada en ver hasta dónde podía extender las sombras.

Desde pequeña, Nuri había mostrado una mezcla fascinante de habilidades. Su oído era tan agudo que podía captar conversaciones desde el otro lado de la mansión, una ventaja que usaba para escuchar secretos que no debía. Una vez, Uzi y yo hablábamos en voz baja sobre un regalo sorpresa para su cumpleaños, solo para que Nuri nos confrontara al día siguiente, exigiendo detalles.

—No es justo que me oculten cosas, —dijo entonces, con las manos en las caderas como una versión diminuta de Uzi.

Además, su velocidad inhumana le permitía moverse con tal rapidez que muchas veces parecía desaparecer y reaparecer a voluntad. Esto, combinado con su capacidad para rodearse de sombras y ocultarse en ellas, la hacía casi imposible de encontrar cuando quería jugar al escondite.

★{ Un alma como la tuya }★💜NxUzi💛 MD.AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora