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Lando permanecía sentado en su cuarto mirando aquella carta que acababa de abrir con todos los sentimientos que podía sentir a la vez arremolinándose en su cabeza.

No, no sólo en su cabeza, también en su estómago, no pudo contenerlo más y corrió al baño de su habitación a devolver el estómago con fuerza sin poder detenerse.

Permaneció en esa posición unos minutos y las lágrimas comenzaron a desbordarse por su rostro sin poder contener el intenso llanto que lo acongojaba al extremo.

"¿Por qué?" Se preguntaba una y otra vez.

—Lando, cariño, ¿estás ahí?— dijo su madre tocando a la puerta, al no recibir respuesta decidió entrar para encontrarlo en un lamentable estado en el baño. Lloraba inconsolablemente, con su rostro y bellos ojos aguamarina estaban hinchados y enrojecidos.

Su madre se acercó a tranquilizarlo, desconociendo la razón por la que estaba así.

—Les he fallado una vez más mamá, no puede ser, estaba seguro de que lo lograría esra vez.

Su madre, preocupada, tomo la hoja de papel que Lando apretaba con fuerza al punto de comprimirla cuando se percató de la situación:

"UNIVERSIDAD DE MANCHESTER"
Estatus: RECHAZADO

—Oh mi amor, cuanto lo siento— dijo envolviendo a Lando entre sus brazos, sintiendo compasión por el dolor de su hijo.

Lando había aplicado a todas las universidades más prestigiosas del Reino Unido, y la Universidad de Manchester era su última esperanza de comenzar a estudiar la universidad ese año.

A pesar de ser un buen chico, había perdido un año ya por su estilo de vida y fiestas alocadas, cosa que su padre desaprobaba en totalidad. Su padre era un importantísimo ingeniero automotriz y a su parecer, su hijo debía seguir su mismo camino y dejar de lado aquello que le hiciera perder tiempo. Su madre siempre intercedía por el, tratando de hacer que su padre fuera más comprensivo, y Lando estaba consciente de que debía poner más empeño en el estudio, sin embargo en esta ocasión no había logrado su objetivo, y la amenaza de su padre sería cumplida.

***

Se llegó la hora de la cena, la familia de tres cenaba en silencio y la tensión era evidente.
Andrea, el padre de Lando, lo miraba serio y Lando no se atrevía a levantar la mirada o rompería en llanto, hasta el mayor le habló:

—Lando, sabes que tu madre y yo te amamos y hemos hecho todo por ti, te hemos dado una buena educación y todo lo que haz querido y lo sabes, por eso me puede que nos encontremos hoy ante esta situación.

Lando palideció y sus ojos se humedecieron al escuchar sus palabras.

—Verás, anteriormente te advertí, o dejabas esas amistades y te enfocabas en tus estudios o terminarías perdiendo otro año y eso no voy a permitirlo, por lo cual he decidido que pasarás el año trabajando.

"Vaya, no puede ser tan malo" pensó Lando para si mismo y cambiando su semblante por uno más sereno, no tenía problema con ello.

A pesar de ser un chico de familia acomodada estaba dispuesto a retribuir a sus padres, así significara sacrificar unas horas de su verano y unos cuantos días de fiesta a la semana.

—Lando, lo que tu padre intenta decirte...— dijo su madre un poco contrariada y tomando la mano de su esposo.

—Trabajarás durante este año y la mitad del siguiente con el tío Mark— afirmó con seriedad el mayor.

—¡¿QUEEEEEEEEEEE?!— esto era demasiado, un pitido en sus oídos hizo que de momento dejara de escuchar, comenzó a ver borroso, las náuseas volvieron a instalarse en su estómago.

—Así es Lando, este fin de semana partes hacia la casa del tío Mark, tendrás que aprender del trabajo duro y que las cosas no se ganan solas, y espero te esfuerces más en tu próximo intento por entrar a una buena escuela— dijo terminantemente el padre de Lando levantándose de la mesa y yendo hacia su habitación.

—¡Andrea espera!... lo siento hijo, hacemos esto por tu bien— le dijo su madre tratando de calmarlo.

Lando permanecía inmóvil frente a lo que quedaba de su cena, no lloraba, no estaba enfadado, era como si le hubieran extraído todo sentimiento, dejando únicamente la decepción.

***

—¿Crees que fui muy duro con él?

—Me parece una decisión un poco drástica amor, y tal vez pudiste haber manejado la situación con más tacto.

—Lo siento mi amor, pero es mi hijo, lo amo, necesita crecer y sabes que con tu hermano estará bien cuidado, le enseñará lo que es ser un hombre.

—Cierto mi vida, sólo, me preocupa, Lando es muy sensible, lleva toda la vida siendo un niño no se si estará preparado.

—Querida, yo tampoco lo estuve, sin embargo hoy agradezco a mi padre por haberme enviado al otro lado del mundo para aprender, además fue gracias a él que te conocí. Hagamos esto, démosle 2 meses, si vemos que le está yendo mal, lo traemos de vuelta y trabajara tal vez en la heladería de George o como asistente en la boutique de Lewis.

—¿Y no pudimos pensar primero en estas dos opciones antes de enviarlo al otro lado del mundo?

—Confía en mí cariño, nuestro Landito estará bien— dijo dando un beso en la frente mientras abrazaba a su esposa para dormir.

Sin embargo en la otra habitación yacía sobre su cama un joven cuya tristeza y frustración no lo dejarían dormir esa noche. Partiría en 5 días hacia el sur de Estados Unidos a Eureka Springs en Arkansas. Y no tenía la menor idea de dónde estaba ese lugar, ni de lo mucho que estaba por cambiar su vida.

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Gracias por leer, espero les guste esta nueva historia. Déjenme en sus comentarios que les va pareciendo.

Les amo ❤️
Elin 🏎️

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