Llévame Contigo 🤎

XV

—Lando, Lando, ¡despierta hombre!— Daniel daba discretos toques a la puerta para sólo hacer el ruido suficiente para despertar a Lando sin que Oscar alcanzara a escucharlo.

Lando lo escuchaba entre sueños sin estar seguro de lo que había oído, se levantó con dificultad de su cama, había estado batallando para dormir despertándose cada dos horas ya que la ansiedad volvía a hacer aparición en sus noches y con ello el insomnio. Abrió la puerta y vio a Daniel completamente vestido y listo, con aquella energía que lo caracterizaba.

—Daniel, ¿todo bien? Son las 4 de la mañana— dijo bostezando aún entre dormido y despierto.

—Bañante rápido vi un, hay que irnos, tengo una sorpresa para ti— dijo Daniel sonriendo.

A Lando le intriga a mucho que estaría tramando Daniel ahora, se ducho y se vistió rápidamente, utilizando su sudadera favorita color azul cielo, un par de jeans y sus tenis cómodos. Salió de su habitación y hacía mucho frío, regreso por una chamarra y vio a Daniel ansioso por irse en el marco de la puerta.

Salieron y se subieron a la camioneta, el ambiente era neblinoso, húmedo y frío por lo que tuvieron que esperar a que la camioneta se calentara un poco.

—Toma, se que no te gusta, pero te ayudará a despertar— le dijo Daniel a Lando extendiéndole un gran termo lleno de café con leche y Lando le dio un gran trago.

—¿A dónde vamos con tanto apuro Daniel? Es aún muy temprano— dijo bostezando mientras acomodaba su cabello en el espejo.

—Vamos a Eureka Springs, hay que resurtir mercancía con Vettel— le dijo Daniel sonriendo —además Fer nos ha hecho algunos encargos y tengo que ver a alguien más tarde.

Apenas se distinguía el camino, comenzaba a amanecer y era oscuro, además la neblina dificultaba la visibilidad de Daniel, pero conocía bien el camino.

A pesar de que trataba de hacer conversación con Lando, este cabeceaba constantemente, vaya que se veía cansado. Al llegar al pueblo se detuvo frente a Ruby's, un pequeño restaurante estilo Diner americano que abría 24 horas.

—Será mejor que desayunemos algo antes, aún es muy temprano para llegar con Vettel, vamos Lando, te gustará este lugar— dijo Daniel descendiendo del vehículo mientras Lando se movía somnoliento y acompañó a Daniel hacia aquel sitio.

El lugar era lindo, estaba decorado como a la tradicional usanza en las cenadurías americanas de los años 50, lucía acogedor con alfombra, una extensa barra de madera con bancos altos y cómodos booths, en los cuales decidieron tomar asiento los chicos.

Mucha gente desayunaba en el lugar, principalmente conductores de camiones que hacían parada en ese sitio.

Daniel pidió un desayuno tradicional americano y Lando unos hotcakes, y aunque no era tan delicioso como el desayuno que solía preparar el tío Mark, aún así para ambos había sido agradable y lo habían disfrutado mucho.

—¿Y bien Lando, ya estás más despierto?

—Creo que sí Daniel, gracias, me ha encantado el desayuno y el lugar es lindo, sólo había visto lugares así en las películas.

—Si, es viejo pero tiene su encanto y la comida no está nada mal— dijo Daniel complacido de ver un poco más feliz a Lando.

—¿Qué haremos hoy aquí Daniel?— preguntó Lando interesado en saber cuál sería su su siguiente tarea.

—Pues lo primero es repartir los víveres en el supermercado de Seb y Kimi, ojalá Kimi se encuentre hoy, ¡te caería muy bien!

—No lo dudo, Sebastián fue muy amable conmigo la vez pasada que ese chico Liam apareció— Lando recordaba la escena agridulce, no quería volver a toparse con Liam, ya que sabía que podría traerle problemas.