Llévame Contigo 🤎

IX

Los ojos de Pato se abrieron muy grandes, no pudo disimular la enorme cara de sorpresa y alegría al reconocer a este hombre.

—¡¿Lance Stroll?! ¿En verdad eres tú?

—El mismo— dijo Lance complacido sonriendo ampliamente cuando Pato lo abrazo con fuerza y emoción.

—¡Pero que gusto me da verte cabrón! Tantos años y al fin! Hey chicos, vengan acá, tienen que conocer a Lance— Pato no cabía de la emoción y Lance reía un poco tímido por la situación.

—¿Es un narco?— susurró Lando al resto algo preocupado.

—Cállate estúpido— le respondió Oscar regañándolo por su impertinencia, mientras Logan y Mick disimulaban sus risas.

En realidad, Lance Stroll era el heredero de un gran magnate y petrolero tejano, su familia tenía dinero para mantener a por lo menos cinco generaciones más, sin embargo, Lance había decidido volver a sus raíces en el pueblo donde creció, y a pesar de llevar una vida despreocupada, la tranquilidad y sacar adelante un pequeño negocio a flote en ese pintoresco pueblo, lo hacía muy feliz.

Había vivido ahí durante su infancia, y era el mejor amigo de Sergio, el hermano mayor de Pato, y de Daniel.

—Mira Lance, ellos son Logan y Mick, probablemente los recuerdas, Logan es primo de Nico, ese que solía jugarles bromas pesadas a ti y a Sergio. Ella es Lily, él es Oscar, y este es Su Majestad Lando, su primo, acaba de llegar de Londres— Patricio parecía cada vez más emocionado mientras Lance se mantenía sereno observando al grupo de jóvenes que lo miraban curiosos.

—Un gusto chicos, aquí tienen su casa, pueden venir cuando quieran, y no se preocupen por Lawson, yo arreglaré este asunto.

—Lamento el incidente señor Stroll, creo que mi padre estará algo molesto conmigo, pero agradezco su apoyo— dijo Oscar apesadumbrado, recordando las palabras de Fernando una semana antes.

—Oscar, ¿cierto? ¿Eres el hijo de Fernando Alonso?— preguntó Lance.

—En realidad soy hijo de Mark, Fernando es mi padrastro, pero ha sido como un padre para mí desde siempre.

—Le debo una visita a Fernando hace algún tiempo, tal vez tú no lo sepas, pero es un gran amigo a quien tengo años sin ver, ¿puedo visitarlos luego? Estoy seguro que algo podré hacer por ustedes respecto a Lawson. Y por favor, no me llames señor, soy unos años más joven que Dani— dijo mostrando su amplia sonrisa.

—Está bien Lance, puedes venir cuando quieras— se mostró agradecido Oscar, estrechando la mano del mayor.

—Pero Pato, no me haz contado, ¿que ha sido de Sergio? ¿Por fin lo atrapó ese holandés?— dijo Lance volviéndose hacia Patricio.

—¡Uuuy que si lo atrapó! Se casaron hace un año Lance, ¡Sergio es un gran doctor como mi papá! Ha ayudado a mucha gente y se ha mudado a México con Max.

—Me alegro que así fuera, ambos merecen ser felices— respondió Lance con un toque melancólico en su voz, extrañaba a su amigo de la infancia.

—Lo bueno es que aún tienes a Dani, como recuerdo cuando no me dejaban jugar con ustedes desgraciados— río Pato con Lance golpeando su hombro suavemente.

***

—¿Te haz hecho daño?— preguntó Dani preocupado, colocando una compresa de hielo sobre la frente de la bartender.

—¿Pues tú qué crees?— dijo la chica poniendo los ojos en blanco— ¡ouch! Duele, suéltalo, yo lo hago— dijo quitándole a Daniel la compresa de hielo de las manos para colocársela ella misma.