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XIV

—Oscar, ¿podemos hablar?— preguntó Lando tímidamente entrando al establo mientras Oscar acomodaba a sus caballos.

—¿Ahora que se te ofrece ciudadano?— le respondió su primo visiblemente molesto.

—Sólo quiero hablar, créeme, no voy a quitarte mucho tiempo— recalcó Lando —¿por qué eres así conmigo Oscar? Se que no empezamos de la mejor manera, pero somos familia y en verdad quiero que nos llevemos bien.

—¿¡Familia!?— Oscar soltó una risa burlona, esta palabra lo había hecho estallar en furia —¿cómo te atreves a creerte parte de esta familia cuando siempre nos has menospreciado? Tú solamente eres un primo lejano, un verdadero inútil y además una molestia para todos nosotros, ¡así que deja de interferir en mi vida! ¡Sólo eres un maldito estorbo!

La cara de sorpresa de Lando ante estas palabras y de profunda tristeza no se hizo esperar, pero no quería retractarse, quería arreglar la situación con su primo.

—Oscar por favor explícame ¿qué hice para que estés así de molesto conmigo? He tratado de ayudar, de ser un buen amigo con todos, sólo ayúdame a comprender— dijo con su voz quebrándose al final.

—¡Simplemente no quiero que estés aquí ni que interfieras en nuestras vidas!, y mucho menos con Patricio, él es mi mejor amigo, ¡y ni pongas cara de sorpresa, todos nos damos cuenta de cómo lo miras y buscas acercarte a él! Tú te vas en menos de un año ¿y luego qué? Lo desechas largándote a vivir tu vida perfecta al otro lado del mundo al igual que lo harás con mis amigos.
Patricio no se merece eso, suficiente ha tenido ya con la partida de su hermano como para que ahora llegues tú a descolocarlo cuando está todo tan bien, ¡no eres más que una maldita desgracia!

—¡Oscar basta! ¡No te permito que le hables así a Lando!— Mark furioso entró al establo junto con Daniel y Fernando quienes miraban boquiabiertos a Oscar explotando furibundo y a Lando conteniendo el llanto con sus ojos llenos de lágrimas.

—Lando, tranquilo, no haz hecho nada malo— dijo Daniel rodeándolo con su brazo, Lando rompió en llanto desconsoladamente, Daniel lo abrazó —tranquilo Lando, ya, tranquilo. Nada de lo que ha dicho Oscar es cierto, todos estamos muy felices de tenerte aquí.

—¡No es asunto tuyo Daniel! Esto es algo sólo entre el inútil de Lando y yo— arremetió Oscar.

—¡Última vez Oscar!— alzó la voz Mark —¡Lando merece respeto, y es un miembro importante de esta familia! Lando, Oscar te debe una disculpa.

—No hay problema tío, entiendo que Oscar no me quiere más aquí— dijo Lando apenas pudiendo hablar en medio de su llanto.

—Eso no es cierto Lando, eres parte de nuestra familia y te queremos aquí. Oscar se disculpará y desde hoy comenzará a tratarte con más respeto— le respondió Fernando profundamente apenado.

—Vamos Lando, te invitaré una taza del té que te gusta— le dijo Daniel reconfortándolo y sacándolo del establo para llevarlo a la casa.

***

En el establo, Mark reprendía a Oscar y Fernando junto con él, se había extralimitado con su primo y esta situación no la pasarían por alto.

—¿Pero que te pasa hijo? No te hemos educado así, primero tienes problemas con Liam, ahora parece que odias a Lando ¿qué está pasando contigo? ¿Hay algo que deba saber?— dijo Mark visiblemente preocupado.