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Jaehyun estaba dando tantas vueltas en el pasillo que estaba a punto de hacer un agujero en el suelo

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Jaehyun estaba dando tantas vueltas en el pasillo que estaba a punto de hacer un agujero en el suelo. Estaba frente a la puerta del aula de Woonhak, comiéndose las uñas ante el miedo de recibir un rechazo por parte del omega y que todo su plan de pedirle salir después del partido se fuera a la mierda. Decir que estaba nervioso era poco.

Riwoo y Sungho se habían escondido a la vuelta del pasillo con la excusa de darle apoyo moral a lo lejos, pero que todos sabemos que solo querían enterarse del chisme en primera fila, vaya.

-Deja de dar vueltas. Es Woonhak, no te va a decir que no.-reprochó Sungho.

-Y si lo hace pues en lugar de montar la que vas a montar para pedirle salir, pues se lo pides en el salón de tu casa y punto.-añadió Riwoo.

Jaehyun les lanzó una mala mirada. No estaban ayudando...

No tuvo que esperar mucho más para que el omega con olor a rosas y cereza saliera por la puerta. La carita de sorpresa que puso cuando vio al alfa esperándolo hizo que Jaehyun quisiera derretirse de ternura, pero no podía porque tenía que cumplir con su misión importante.

-¿Vienes a almorzar conmigo, bonito?-le preguntó el alfa; después le retiró la mochila a Woonhak de los hombros para colgársela en su propio hombro. Eso pesaba un demonio, no iba a dejar que Woonhak lo llevara todo el día.

-Pero no es necesario que me lleves la mochila...

Era cierto que últimamente Jaehyun estaba demasiado al pendiente de él. Tanto que a veces tenía la sensación de que el alfa le trataba como un cristal a punto de romperse.

-Me voy a tomar eso como un sí.

El omega le sonrió divertido. Jaehyun era cabezón cuando quería, así que solo avisó a Taesan y Leehan de que ese día no almorzaría con ellos y dejó que el alfa le cogiera de la mano para caminar juntos a la cafetería.

-Oye, Hakie, ¿Puedo preguntarte una cosa?

-Claro, Hakie, lo que quieras.

-¿Por qué Sungho y Riwoo estaban escondidos detrás de la esquina del pasillo?

Los iba a matar. Si es que esos dos no eran nada disimulados.

-Por nada, bonito. Cosas suyas, ya sabes, son idiotas.-contestó Jaehyun. Ya habían encontrado una mesa en la que sentarse, así que dejó las cosas apoyadas en el respaldo de las sillas y corrió una para el, después le avisó de que iba a ir a pedir la comida.

Bien, Jaehyun. O le preguntas ahora o nunca... se dijo a sí mismo durante todo el almuerzo.

Y cuando digo que durante todo es todo. Un poco más, y hubiera olvidado preguntarle a Woonhak lo que debía.

-Hakie.

El omega levantó la vista de su plato de lasaña aún con sus mejillas llenas de comida como las de una ardillita para prestar atención a lo que el alfa tuviera que decirle.

-¿Quieres venir al partido de mañana? Necesito que alguien que lleve puesta mi sudadera de la suerte me anime desde las gradas.-ya está, ya estaba dicho.

El omega terminó de tragar el trozo de comida y le dió una sonrisa divertida.

-Si no me la hubieras regalado no tendrías que depender de que fuera o no para tener suerte.-se burló el omega.

-No es la sudadera lo que me dará suerte.-replicó Jaehyun. Su vista se fue directamente hacia esos labios rosaditos y de apariencia suave; tenían una mancha de tomate. El alfa sonrió de lado y se inclinó cerca de Woonhak, que se puso nervioso ante la cercanía de sus rostros, y procedió a ruborizarse cuando el alfa le limpió de la comisura del labio un resto de comida.-La personita que lleva la sudadera sí.-finalizó la frase. Acarició la mejilla del omega y le dio una última mirada a sus belfos antes de mirarle a los ojos de nuevo.-Sé mi amuleto de la suerte durante el partido, bonito.

Una sonrisa triunfal apareció en los labios de Jaehyun por dos razones: la primera era que el omega seguía sonrojándose por su culpa; la segunda era que le había dicho que sí.

La primera parte del plan estaba completada.

𝙼𝙸 𝚂𝚄𝙳𝙰𝙳𝙴𝚁𝙰 | 𝚆𝙾𝙾𝙽𝙼𝚈𝚄𝙽𝙶𝚉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora