Un Elegido vendrá, nacido sin padre, y a través de él se restablecerá el equilibrio definitivo en la Fuerza.
En toda la galaxia, muchos habían oído la profecía del Elegido. Desde el descubrimiento de Anakin Skywalker, la mayoría de la Orden Jedi est...
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Templo Jedi, Coruscant, 7955 C.R.C
— Deja de estar inquieta
Kaia abrió sus ojos verdes y vio a su Maestro, Mace Windu, mirándola con el ceño fruncido y los ojos cerrados. Estaba segura de que si hubiera abierto sus ojos marrones, los habría entrecerrado con una mirada que podría hacer que cualquiera se acobardara. O al menos, a cualquiera que no se hubiera vuelto inmune después de recibir la misma mirada casi todos los días durante la última década.
Habían pasado quince años desde que Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi trajeron a Kaia al Templo Jedi. El Consejo Jedi había quedado muy impresionado por la alta concentración de midiclorianos en su sangre; solo un poco más alta que la del Gran Maestro Yoda, en realidad. Durante un tiempo, Kaia incluso sospechó que creían que ella era la Elegida.
Al principio, Kaia había sido entrenada por el Gran Maestro Yoda, al igual que los demás jóvenes. Debido al entrenamiento que Luke (y también Leia) le habían dado en su vida pasada, Kaia sobresalió en las tareas que se le encomendaron. Tanto, de hecho, que durante el Torneo del Templo, a la edad de ocho años, demostró tales habilidades tanto con el sable de luz como con la Fuerza que progresó al rango de Padawan.
Kaia no se había considerado en ningún momento una prodigio. De hecho, solo había recibido un breve entrenamiento Jedi y su falta de habilidad con el sable de luz fue su perdición. Pero le dio una gran ventaja en esta vida, suficiente para que el Maestro Windu aceptara convertirla en su padawan a una edad tan temprana.
Durante unas semanas, había sido el tema de conversación en el templo. Entonces, Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi volvieron al templo con un niño que tenía un recuento de midiclorianos aún más alto. Anakin Skywalker, el Elegido, se convirtió en el nuevo tema de conversación del templo, lo que hizo que Kaia dejara de ser el centro de atención. Algo por lo que ella realmente se sentía agradecida.
— Tú fuiste quien me dijo que la meditación consiste en concentrarse en las emociones que predominan en la mente - se defendió Kaia con un tono excesivamente tranquila. — La emoción que predomina en mi mente en este momento es el aburrimiento.
— Sí. Y el objetivo es dejar ir cada emoción para permitir que la Fuerza te llene de paz y serenidad - le dijo Windu con voz monótona. — Así Que Deja Ir Tu Aburrimiento.
— Lo hice , hace cinco horas - suspiró Kaia,estirando los brazos como si acabara de despertarse. — Pero por alguna razón volvió.
No era que Kaia odiara la meditación o que no estuviera de acuerdo con la forma en que su Maestro enseñaba, recordaba cómo tanto Luke como Leia le habían hablado de la importancia de volverse uno con la Fuerza también. Pero pasar un día entero en el interior para meditar no era precisamente su pasatiempo favorito.
