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SOY UN APRENDIZ LENTO

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Geonosis,
7955 C.R.C





La batalla comenzó con los guerreros Jedi cargando contra el ejército de droides mientras los geonosianos volaban como avispas. Un destello púrpura atrajo la atención de Kaia hacia su maestro, que saltó a la arena desde el palco archiducal y aterrizó en el centro de la arena, donde se quitó la capa.

Dos caballeros Jedi corrieron hacia el Reek y lanzaron tres sables de luz hacia Kaia, Anakin y Obi-Wan. Kaia atrapó el suyo con facilidad y lo encendió. El peso y el diseño eran un poco diferentes (no como su propio sable de luz), pero tendría que funcionar.

Como las manos de Anakin y Obi-Wan permanecían encadenadas, Kaia usó el sable verde para cortar sus ataduras. A su alrededor, los guerreros Jedi desviaron los rayos disparados por los droides y los derribaron fácilmente, pero las tropas geonosianas dispararon pistolas de rayos de las que les fue más difícil defenderse.

Una explosión en particular golpeó uno de los pilares y asustó al Reek, que los tiró a todos de su espalda y salió en estampida por la arena, pisoteando a todos los Jedi y droides en su camino.

Kaia se puso de pie y bajó la mirada hacia su herida por un segundo para ver que ahora la sangre estaba mezclada con arena, lo que definitivamente empeoraba todo. Pero no tenía tiempo para pensar en eso: Kaia lucharía mientras pudiera mantenerse en pie.

La senadora Amidala se inclinó hacia delante, recogió un bláster abandonado y comenzó a disparar contra los droides. Los dos padawans lucharon espalda con espalda, de forma muy similar a lo que hacían sus Maestros un poco más lejos, pero se aseguraron de mantener a Padmé entre ellos.

Anakin y Kaia se movían sincronizados, casi como si hubieran estado luchando codo con codo durante años. En el suelo, a su alrededor, tanto los droides como los guerreros Jedi comenzaban a amontonarse a medida que la batalla continuaba

––Por curiosidad, ¿a esto le llamas encontrar una solución diplomática? -gritó Anakin por encima del hombro, enviando una sonrisa burlona hacia Kaia.

––No, pasé a una negociación más agresiva -respondió Kaia con una sonrisa sarcástica-. Es más eficiente, o eso es lo que he oído.

Ninguno de los dos notó la mirada que les dirigió Padmé mientras volvían a desviar las ráfagas y a derribar droides. Al otro lado de la arena, Kaia presenció cómo su Maestro le cortaba la cabeza al cazarrecompensas mandaloriano mientras Obi- Wan cortaba las piernas del Acklay antes de matarlo finalmente.

𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐍𝐃𝐄𝐍𝐀𝐃𝐎𝐒||𝐀𝐍𝐀𝐊𝐈𝐍 𝐒𝐊𝐘𝐖𝐀𝐋𝐊𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora