Un Elegido vendrá, nacido sin padre, y a través de él se restablecerá el equilibrio definitivo en la Fuerza.
En toda la galaxia, muchos habían oído la profecía del Elegido. Desde el descubrimiento de Anakin Skywalker, la mayoría de la Orden Jedi est...
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Mos Eisley, Tatooine, 7955 C.R.C
Anakin llevó a su madre hasta el deslizador y Kaia la abrazó mientras conducían de regreso a la granja de la familia Lars. Ninguno de los padawan dijo una palabra desde el momento en que salieron de la cabaña. Ni siquiera cuando regresaron a la granja de humedad al amanecer.
Afortunadamente, Beru sabía un poco sobre cuidados médicos y Kaia podía ayudar a limpiar las heridas de Shmi y ponerle vendajes. Podía recordar algunas cosas que los droides médicos habían mencionado a lo largo de los años y realmente deseaba que tuvieran uno ahora.
Pronto lo único que podían hacer era esperar y tener la esperanza de que Shmi despertara de nuevo. Anakin se negó a salir de la habitación de su madre y Kaia no sabía qué hacer, así que salió a descansar un poco. Pero el sueño no le llegó fácilmente esa noche.
Después de horas de dar vueltas en la cama, para luego quedarse dormida y ser despertada por un par de ojos amarillos que la miraban y por el sonido de una respiración agitada, no pudo soportarlo más. Especialmente cuando sintió que la preocupación de Anakin por la vida de su madre resonaba en la granja.
Puede que no sean cercanos, pero en ese momento Kaia se dio cuenta de que, además de Shmi, ella era quien mejor lo conocía. Owen y Cliegg se mantenían a distancia y tal vez eso era lo mejor porque, después de la breve interacción que Kaia tuvo con ellos, no tenía la sensación de que tuvieran un espectro emocional completo.
El dormitorio, mal iluminado, solo tenía una cama individual. Shmi no se había movido desde que Kaia se fue hace unas horas y al principio Kaia estaba confundida sobre dónde estaba Anakin, ya que podía sentir su presencia, pero él no estaba sentado junto a la cama.
El misterio se resolvió rápidamente cuando miró hacia abajo y lo vio sentado en el suelo, con la espalda apoyada contra la pared y las piernas estiradas frente a él. Estaba despierto, ella podía notarlo, pero parecía que su mente estaba en otro lugar.
En silencio, Kaia se sentó junto a Anakin; lo suficientemente cerca para brindarle consuelo si era necesario, pero a la distancia adecuada para no hacerlo sentir incómodo. Al principio, se sentó allí en silencio porque realmente no sabía qué decirle. Las falsas promesas sobre la recuperación de su madre no mejorarían las cosas. Tampoco parecía el momento adecuado para hablar sobre lo que sucedió en el campamento. –Gracias.
